Guía de viaje Paje

Primer pueblo costero en el camino desde Stone Town a través del bosque de Jozani, Pajé es un pueblo acogedor enclavado bajo palmeras, con una magnífica y amplia playa en una laguna blanca de arena libre de erizos de mar donde podrá disfrutar de un tranquilo baño. El lugar cuenta con un nuevo y práctico supermercado abierto las 24 horas del día y los 7 días de la semana, numerosas tiendas turísticas y nuevos restaurantes locales en el pueblo y a lo largo de la carretera, prueba de su desarrollo turístico. En esta parte de la isla -con Jambiani a unos diez kilómetros al sur- abundan las direcciones más asequibles dirigidas a un público más joven o menos pudiente que en los otros rincones de la isla, sobre todo para los aficionados al kitesurf, que son muchos en esta maravillosa y ventosa playa. En los últimos años, la playa se ha animado con veladas festivas los fines de semana. En la arena han surgido bares de moda. No es Ibiza, pero está más animada que cualquier otro lugar de la isla. El litoral se ha urbanizado considerablemente en los últimos tiempos, y también se han abierto nuevos complejos turísticos de lujo. No deje de ver a las mujeres que recogen las algas que crecen en el arrecife con la marea baja, y que se incorporan a productos de belleza en el centro Seeweed, que le recomendamos visitar.Orientación. Para orientarse en Pajé, hay que mirar la rotonda central después del control de entrada. A la izquierda, se sigue la costa hacia el norte, en dirección a la península de Michamvi. Al salir del pueblo, se entra directamente en la aldea de Bwejuu. A la derecha, hacia Jambiani y Makunduchi en el extremo sur, Pajé se extiende varios kilómetros. Las señales de la carretera principal indican el camino a los distintos lodges, a los que se llega por pequeños senderos. Hay menos edificios hacia Mbuyuni, donde la playa es salvaje entre Pajé y Jambiani.Un consejo inteligente. No nos cansaremos de repetirlo: ¡vístete! El desarrollo del turismo en Pajé ha dado lugar a un fenómeno preocupante: los turistas se pasean sin pudor por el pueblo en bañador, sin preocuparse por los lugareños, para quienes tal atuendo resulta ofensivo. En la playa, no hay problema, los lugareños son tolerantes. Pero en el pueblo, no. No sea uno de estos irrespetuosos y cúbrase decentemente (una camiseta y un pareo atado en taparrabos bastarán).