LA VIEJA CIUDAD

Aparte de la Gran Mezquita (Djemaâ el-Kebir), que data del siglo XII, de estilo hafsí, la mayoría de los edificios importantes se construyeron durante el periodo otomano. Para saborear el ambiente de este barrio, hay que recorrerlo por la mañana, a la hora en que los constantinianos se agolpan alrededor de los puestos del zoco. Allí, uno se toma su tiempo, pasea, se sienta en la terraza de un café a tomar su espresso, mientras saborea un pastelito o un delicioso plato salado típico de Argelia. Básicamente, se trata de disfrutar del lugar y del ambiente

Debajo de su aspecto profundamente degradado, el distrito todavía tiene algunas casas muy hermosas de los siglos XVI y XVII, la mayoría de las cuales están cayendo en la ruina sin que los propietarios hagan mucho al respecto. No se pierda un breve desvío al taller de Amine Driss, el último calderero del barrio -los demás se agrupan en la parte baja de la ciudad tras el Hotel Cirta-. Un trozo de historia en la calle Sallahi-Tahar..

En las afueras del casco antiguo, cerca de la pasarela Mellah-Slimane (antes Perrégaux), la medersa del bulevar Larbi-Ben-M'Hidi, que ahora forma parte de la universidad, es interesante por sus azulejos de cerámica policromada. En lo alto del casco antiguo, pasado el barrio judío, la kasbah ha sido parcialmente renovada y está abierta al público desde 2015, el año en que Constantina fue capital de la cultura islámica... Las fortificaciones que rodean Constantina, que aún pueden verse en algunos lugares, fueron construidas con piedras romanas talladas por los árabes.