¿Anónima? En realidad no... Llamado así por un barco de 180 toneladas que zarpó de Chandernagor en febrero de 1756 e hizo escala en Mahé antes de zarpar de nuevo hacia las islas de Francia y Borbón, este islote de granito (anclado frente a la costa del aeropuerto internacional de Mahé) se abrió al turismo en el año 2000 con un pequeño hotel de lujo (a 15 minutos en barco de la capital, Victoria), destinado a unos pocos felices que buscaban una isla para ellos solos, o casi. Pero las tres cabañas y la villa presidencial de esta pequeña isla de élite no han tenido precisamente el éxito esperado. Cerrado desde hace varias temporadas, el hotel volverá a abrir... algún día. Para el verano de 2023, todavía no había sucedido... En cuanto a la naturaleza, esta gran roca verde de unos cuarenta acres y algo más de diez hectáreas no carece de atractivo. Hay varios senderos para explorarla, siempre muy cerca de la arena o las rocas. Si no tiene miedo de trepar por algunas de ellas y adentrarse hasta la mitad en el mar, puede rodearla con marea muy baja en poco más de una hora, sin incluir un descanso en Anse l'Amour. Cocoteros y canelos comparten esta tierra de granito con aves y algunas tortugas gigantes. El punto más alto mide 37 m, y la curiosidad botánica es un enorme y extenso baniano de al menos dos siglos de antigüedad, en el que antaño se insertó una lápida. También es un lugar privilegiado para disfrutar de una puesta de sol resplandeciente.

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