TEMPLO LONGSHAN
Ya no queda gran cosa del templo original construido en 1638 por inmigrantes de Fujian, en honor de Guanyin. En efecto, el templo de Longshan se reconstruyó en tres ocasiones. En 1815 cayó después de un terremoto, en 1867, fue un tifón que lo dañó cuando acababa de ser restaurado y en 1945 cayó bajo bombas aliadas. Esta última catástrofe ha empeorado considerablemente el conjunto con la excepción de la estatua de Guanyin que, milagrosamente, ha permanecido libre. La restauración emprendida por los mayores maestros taiwaneses finalizó en 1957. El templo de Longshan o de la montaña de los Dragones se ha bautizado así debido a los numerosos dragones que superan su techo o se enrollan alrededor de sus pilares. Garantizarán la protección de la divinidad. En cualquier caso, los desastres del tiempo no mitigaron el fervor alrededor de este templo, sin duda el más famoso de Taiwán, a juzgar por el gran número de visitantes durante todo el año. En la plaza frente al templo se encuentran personas antiguas. Se juega en el mah-jong, se baila o se cuelga de todo y de nada, bajo la mirada de los transeúntes. Por la historia que representa y los símbolos que representa, el templo de Longshan es un lugar innegable en Taipei, en el corazón de un barrio que demuestra lo que era la ciudad hace unas décadas, antes del milagro económico, y que renace tímidamente en favor del turismo y del interés que muestran los taiwaneses por las cosas del pasado.
La place et le marché qui avoisinent le temple sont également bien animés.