MUSEO LA BOTICA DEL ÁNGEL
Un descubrimiento este año y, lo que es más, ¡un favorito! Es kitsch y sin embargo nos encanta esta cueva de Alí Babá que muestra un buen panorama del mundo artístico argentino durante el siglo XX. El difunto Eduardo Bergara Leumann, un artista polifacético, dejó en su casa innumerables referencias culturales. Dibujante, actor de teatro y cine, escenógrafo y diseñador de vestuario, fue también el famoso animador del exitoso programa La Botica del Tango, donde recibió a personalidades nacionales. Antes de ser una casa, este espacio artístico fue el templo y el paso obligado de los artistas de los años sesenta. Las paredes están llenas de fotografías y manuscritos de los más grandes de este país (Borges, Sabato, Gardel...), poemas, dedicatorias, pinturas y otras obras de arte. Excéntrico por decir lo menos, podemos sentir el fervor que habitaba el lugar y la libertad artística de cada uno de sus famosos visitantes, desde famosos cantantes hasta escritores, actores de teatro y bailarines. De hecho, La Botica del Angel fue el lugar de noches interminables, basadas en improvisaciones artísticas, bailes salvajes, debates apasionados y espectáculos de vanguardia. Una oda a la ciudad, una oda a la alegría que despierta la melancolía y los recuerdos. Pero en 1973, el ensanchamiento de la Avenida 9 de julio obligó a Botica del Angel, originalmente ubicada en la calle Lima 670, a cerrar y mudarse. Eduardo Bergara Leuman tardó casi 25 años en decidir abrir este templo, esta "casa-museo" que sigue celebrando la locura de la grandeza del tiempo posterior a su muerte, en su 76º cumpleaños en 2008. Declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad, este museo es un verdadero gabinete de curiosidades que mantiene caliente un patrimonio cultural tan inmenso como excéntrico. Una visita especial que bien vale su peso en oro