GOSTISCE ALEKSANDER

Un restaurante popular que no brilla especialmente por el refinamiento de su cocina, sino por sus platos contundentes y honestos, en un ambiente cálido y familiar. Muy buenos platos de carne a la carta sin artificios, bandejas grandes para compartir a partes iguales. Aquí tiene que probar la especialidad de la casa del chef húngaro, el dödölle. Es una preparación a base de papas, harina, crema fresca y cebollas fritas. ¡Es bueno y encaja! Bonita terraza protegida en el primer piso. Personal amable.