Guía de viaje Impasse Bts Huaylas

El Callejón, un valle altoandino de entre 2.300 y 3.200 m y 180 km de longitud, en cuyo fondo fluye el río Santa, está encajonado entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra. El primero, protegido de los vientos cálidos por su homólogo, cuenta con no menos de 35 picos nevados, entre ellos el Huascarán que, con 6.768 m, es el tercer pico más alto del continente. El valle goza de todos los climas y paisajes andinos: páramo, puna y cultivos en terrazas. Al pie de los gigantes de hielo se encuentran algunos de los lagos más bellos de Perú. El Callejón está cerrado al sur por Recuay y al norte por Caraz. Después de esta ciudad, la carretera se sumerge en vertiginosas curvas a lo largo del Cañón del Pato, de 1.000 m de profundidad, antes de seguir el río Santa a través de impresionantes desfiladeros hasta Chimbote. Este valle, donde se encuentra el Parque Nacional Huascarán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, es un punto de encuentro para andinistas de todo el mundo. Entre la flora de montaña, la increíble puya Raimondi, una especie de cactus de tronco recto que lleva casi 10.000 flores y mide entre 8 y 12 metros, y el quenual, un árbol que vive por encima de los 3.000 metros y cuya corteza roja y escamosa se desprende. En el valle hay algunos albergues, que son puntos de partida ideales para caminatas y tienen un entorno más atractivo que la propia ciudad de Huaraz.Hoy, estos pueblos seducirán al visitante por sus paisajes y su población predominantemente indígena: los trajes de las mujeres son coloridos y los sombreros de paja son más comunes que los de fieltro. El 60% de la gente habla quechua y es, naturalmente, más tranquila que en las grandes ciudades de la costa. El Callejón cuenta con yacimientos arqueológicos de gran interés dejados por las culturas Chancay y Chavín, entre los que destaca Chavín de Huántar.Al Callejón de Huaylas se puede llegar por carretera desde Lima, 400 km en unas 8 horas. Otra ruta de acceso, por Chimbote, serpentea 50 m por encima del impetuoso río Santa, entre los enjutos acantilados, donde quedan las ruinas de las minas de carbón. La roca refleja los rayos de fuego y los cactus marcan la ruta. En Huallanca, con su central hidroeléctrica, comienza el Cañón del Pato, una empinada subida que roza el precipicio, atravesado por 30 túneles. Elija los asientos de la derecha, en el sentido Caraz-Chimbote, y de la izquierda en el otro sentido. Emoción garantizada