Monumentos antiguos Machu Picchu

El Wayna (o Huayna) Picchu es el famoso pico que aparece en todas las postales detrás de las ruinas como si encerrara el paisaje. Este punto de observación (2.693 m) situado en una pendiente pronunciada requiere unos cuantos sudores fríos y un buen cardio, pero ofrece una vista excepcional de los principales monumentos y callejuelas. Hay que contar con 1h30 a 2h de ida y vuelta por los numerosos escalones excavados en la montaña; los propensos al vértigo deben abstenerse. Este sigue siendo nuestro favorito. Sigue el circuito azul claro 4. Si quieres visitar todas las ruinas, tendrás que añadir una entrada a Llaqta.

El Torreón o Templo del Sol (que Bingham también denominó "Tumba Real") se encuentra en el barrio de los nobles. A esta torre cónica hecha de bloques finamente trabajados se accede a través de una puerta con dos postes. Parece que el lugar se utilizaba para las ceremonias de celebración del solsticio de junio. Las pequeñas ventanas de la torre se utilizaban para medir la llegada de los solsticios y, por tanto, los cambios de las estaciones. Un incendio ha dejado rastros que aún son visibles. Bajo la gran roca que sostiene el Torreón hay una pequeña cavidad que se cree que fue un mausoleo para momias, como una cueva secreta. Se ha encontrado un altar tallado en forma de chakana (cruz andina) y nichos trapezoidales para ofrendas. En la torre hay varios altares de sacrificio. Cerca de allí había 142 esqueletos, presumiblemente femeninos en su mayoría. La hipótesis más común es que eranacclas, jóvenes sacrificadas para celebrar el culto al Sol. Pero un estudio más reciente del estadounidense John Verano, que reexaminó los restos humanos del Museo Peabody de Yale, demostró que los esqueletos eran de ambos sexos y de todas las edades. Incluso se susurró que la momia del famoso Inca Pachacutec estaba aquí, pero nunca se ha podido demostrar nada. Este lugar simbólico atrae la mirada y sugiere que la discreta entrada de abajo podría contener importantes tesoros. Otro misterio sin resolver.

La Montaña Machu Picchu requiere una entrada especial. La subida es menos empinada que en el Wayna Picchu) y más indulgente para los propensos al vértigo, pero es más exigente, ya que la Montaña culmina a 3.082 metros, por lo que es necesario salvar 650 metros de desnivel, principalmente en forma de escalones. Se tarda entre 2,5 y 3 horas en ir y volver. La vista es más amplia: abarca el lugar, las montañas circundantes y los ríos. Siga la ruta amarilla 3. Si quieres visitar todas las ruinas, tendrás que pagar una tasa adicional para entrar en Llaqta.

El Templo de las Tres Ventanas, que adorna la plaza principal, parece un puzzle de increíble precisión, ya que los bloques poligonales encajan perfectamente. Se trata de las piedras mejor talladas y más grandes del yacimiento; el muro principal tiene 8 metros de ancho y 10 de alto. Las ventanas tienen forma trapezoidal y hay nichos donde se pueden dejar ofrendas. Es evidente que este lugar se utilizaba para ceremonias importantes.

El Templo Principal, como su nombre indica, habría sido uno de los lugares ceremoniales más importantes de la ciudad inca. A su espalda se encuentra la Casa del Sacerdote, lugar donde los sacerdotes guardaban los ornamentos sagrados utilizados en las ceremonias. En la fachada del templo hay una pequeña piedra tallada que representa la Cruz del Sur. Se cree que aquí se honraba a Wiracocha, creador del universo y figura clave del panteón inca. Parece que esta obra maestra nunca se completó del todo.

No se trata de una sola, sino de un grupo de construcciones deslizadas en medio de las rocas. Entre ellas se encuentran algunas cuevas que sirven para ejercer rituales. También encontramos la que da su nombre a este conjunto: una piedra tallada en el centro de un amplio patio donde muchas adivinan las características de un cóndor. Al sur de esta piedra encontramos alojamientos reservados a las elites con acceso privado a una de las fuentes del Machu Picchu. También se han recuperado edificios como pequeños encerrados dedicados a la cría de líos (cerdos de la India).

Se trata de un complejo más grande en la ciudad con una sola entrada, y se cree que es el Acllahuasi (casa de las mujeres elegidas). Estas mujeres se dedicaban a los servicios religiosos y a la artesanía fina. En una gran sala de piedra pulida, dosmorteros circulares en el suelo habrían servido para moler el grano. También se cree que estos cuencos tallados se llenaban de agua para que las estrellas se reflejaran en ellos. El lugar se utilizaba para los rituales. La élite residía allí.

Es el más grande, mejor distribuido y más finamente ejecutado de todos los edificios residenciales. Su puerta de entrada da directamente a la fuente más importante de la ciudad y, al otro lado, al final de una gran escalinata, al Templo del Sol. Hay dos habitaciones con dinteles monolíticos y paredes de piedra pulida. Una de estas habitaciones es una pequeña dependencia con salida directa al canal de desagüe. También hay un recinto para camélidos y una terraza.

Es un promontorio que domina ligeramente los demás edificios. Se han construido terrazas en los cuatro lados, formando una especie de pirámide con base poligonal. Hay dos amplias escaleras al norte y al sur. La escalera sur es la más interesante, ya que la mayoría de los 78 escalones están tallados en una sola piedra. En la cima se encuentra la piedra Intihuatana (que en quechua significa "el sol está atado"). La propia roca tiene unos escalones para que el sacerdote pueda acceder a ella y depositar sus ofrendas.

Esta piedra en forma de polígono tiene aproximadamente un metro de altura y dos de diámetro, tallada en una sola pieza. Sus diferentes lados proyectan sombras en relación con el movimiento del sol en diferentes momentos del año. Esto permitía predecir los cambios climáticos y, por tanto, las épocas importantes para la agricultura a lo largo del año. También se ha controlado el movimiento de las estrellas. La sombra proyectada por el pequeño pilar central se utilizaba para medir el paso del tiempo. Por eso también se le llama "reloj de sol inca".

Se dice que el Intihuatana irradia su propia energía. En el pasado, se podía poner las manos encima para sentir este poder. Hoy en día, hay que mantener una distancia de unos pocos centímetros. Algunas teorías hablan de un vórtice energético sobre el que se construiría la ciudad de Machu Picchu con el Intihuatana en su centro. Esto, sin duda, contribuye a la mística del lugar.