A principios de marzo, cuando Italia entró en la fase de contención para combatir la propagación de VIDOC-19, tuvo que cerrar todos los lugares turísticos. Esto incluía la concurrida Basílica de San Pedro, ya que el Vaticano decidió seguir las medidas puestas en marcha por el gobierno italiano. Un equipo de limpieza ha desinfectado todo el edificio para que pueda volver a recibir visitas, para el deleite de los fieles. Cabe señalar que las celebraciones religiosas no podrán acoger por el momento a más de 200 visitantes, por recomendación del Ministerio del Interior de Italia. La Plaza de San Pedro también está abierta al público. Más información en la página web de RFI