A 1.200 metros de altitud, Platres goza de un entorno magnífico, con bosques, huertos y amplias vistas de la costa. Cantado por el poeta griego Georges Séféris (1900-1971), a partir de 1879 este pueblo fue uno de los destinos de vacaciones favoritos de la élite de Oriente Próximo, que acudía aquí en busca del frescor estival. Hoy ha perdido parte de su esplendor: a medida que el turismo se ha desarrollado en la costa, Platres aparece descuidada, con sus pequeños hoteles descoloridos a lo largo de la calle principal. Es en Spyrou-Kyprianou y Aidonion ("los ruiseñores" queridos por Séféris) donde se esconde el alma del pueblo. Desde la fuente Roksanis-Koudounaris (1936), donde el agua desciende del monte Olimpo, hasta el mítico hotel Park Forest, es un encanto: sabias casitas de ladrillo con cuidadas decoraciones destacan a lo largo de la carretera entre los pinos, con aquí y allá extravagantes hoteles abandonados y enormes villas adornadas con cámaras de vigilancia. Es la atmósfera de una novela policíaca que se puede descubrir a pie, transportándonos a los locos años veinte que inspiraron a la novelista inglesa Daphne du Maurier.

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Fotos e imágenes Platres - Caledonian Falls

Village de Platres. kirill_makarov / Shutterstock.com
Village de Platres. Thierry Lauzun - Iconotec
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