Guía de viaje Sheikh Hussein

Situado a 178 km al norte de Sof Omar, en Robé, es el mayor lugar de peregrinación musulmana de Etiopía. El santuario religioso está dominado por el mausoleo del jeque, situado en un vasto recinto de inmaculados muros blancos y coronado por una cúpula en forma de pagoda. A esta tumba acuden cada año miles de peregrinos con motivo de las fiestas de Hajji y Zahra. Determinadas según el calendario lunar musulmán, las fechas de estas celebraciones están sujetas a cambios. Parece ser que las fiestas más importantes, de varios días de duración, tienen lugar durante los meses de febrero, mayo, septiembre y octubre.La veneración del jeque Hussein, considerado uno de los primeros misioneros islámicos en estas tierras de Arsi y Bale, alejadas de los territorios entonces cristianizados, se remonta al siglo XIII, cuando fue canonizado como sufí. Según la leyenda, vivió doscientos cuarenta años en distintas partes del mundo, setenta de ellos en estas tierras. Sin embargo, el santo es más conocido por sus enseñanzas religiosas, su gran devoción y sus poderes milagrosos. Fue sin duda este último factor el que, a partir del siglo XVI, atrajo a los oromo, sensibles al mundo de los espíritus, y les llevó a elegir las cuevas cercanas al lugar como lugar de peregrinación para celebrar sus rituales paganos de Abba Muda, que combinaban el culto a la serpiente y al dios Waq. Dada la magnitud de estas reuniones, a principios del siglo XX las autoridades imperiales intentaron prohibir estas peregrinaciones, que se consideraban una fuente potencial de rebelión oromo. Sin embargo, en aras de la coexistencia religiosa, se mantuvo la peregrinación dedicada a Hussein.Desde entonces, se ha desarrollado una especie de sincretismo entre las dos religiones, mezclando la devoción al santo musulmán con creencias animistas ancestrales. Sof Omar y el jeque Hussein, que vinieron a traer una nueva religión a las poblaciones animistas, acabaron transformándose a lo largo de los siglos en espíritus del panteón pagano por el poder invencible de las supersticiones ancestrales.