IGLESIAS DE LALIBELA

La gente adquiere sus entradas en birrs, euros o dólares en el acceso principal del grupo norte de iglesias en Lalibela. Aquí también se encuentran los aseos y un cajero automático en la entrada (para retirar dinero si no tiene suficiente), ya que el acceso solo se puede pagar en efectivo. Desafortunadamente, suele quedarse sin efectivo, así que hay que planear llevar encima euros, dólares o birrs o retirar su dinero en otro cajero automático.

Hay que tener cuidado: ya que los turistas han aprovechado el sistema para revender sus billetes a terceros, se pide el pasaporte en la entrada y se anota en el recibo para evitar engaños. Este recibo se pide con regularidad en el sitio, especialmente si se va sin un guía, porque también hay listillos (a menudo adolescentes) que dejan entrar a los turistas por la puerta de atrás a mitad de precio. Es mejor rechazar la oferta, ya que los sacerdotes que vigilan cada sitio y controlan a los estafadores echan a la gente que se cuela.

Ropa: tanto hombres como mujeres deben llevar algo que les tape los hombros y las piernas, y puede que las mujeres necesiten cubrirse la cabeza, ya que los turistas que van en pantalones cortos y camisetas sin mangas son muy ofensivos para los nativos que rezan. Hay que quitarse los zapatos en la entrada de los templos, así que evite las botas de cordones, pues se tardan cinco minutos en poner y quitar. Evite las chanclas, ya que los senderos son empinados y resbaladizos.

Los fotógrafos están obligados a quitar el flash, que es perjudicial tanto para los frescos y pinturas como para los ojos de los desafortunados sacerdotes. Una linterna es una idea brillante si se quieren descubrir ciertos detalles escondidos en la oscuridad de los monumentos o caminar a través de túneles entre diferentes iglesias.

El guía, esencial para orientarse y obtener explicaciones detalladas sobre cada iglesia, debe negociarse: 25 $ en inglés, 35 $ en francés para dos personas y de 5 a 10 $ extra, según el tamaño del grupo. Por lo tanto, es mejor solicitar sus servicios, porque es fácil perderse dentro de las murallas de Lalibela.

Una recomendación: para disfrutar tranquilamente del lugar y empaparse de un sitio tan lleno de devoción y misterio donde los peregrinos vienen a rezar día y noche, a veces quedándose días en ayunas durmiendo con sus túnicas blancas en el corazón de las iglesias sobre las alfombras, es mejor volver otro día para observar desde un rincón, discretamente, si es posible fuera de las ocupadas horas de los grupos de turistas, la vida religiosa durante la misa de los sacerdotes. La entrada tiene una validez de cinco días y, una vez recorridas las galerías, es más fácil orientarse y absorber toda la información. Apreciar los lugares con una sola visita parece complicado.

Fiestas religiosas. Es mejor visitarlas en Navidad, Timkat o Fasika, la tradicional Pascua ortodoxa, para ver ceremonias excepcionales y miles de peregrinos acudiendo al lugar. Durante la Fasika, se sacan a los ojos de todos los libros sagrados y los objetos de valor, generalmente guardados en los maqdas (también llamados el santo de los santos) donde solo los sacerdotes pueden ir y donde están escondidos detrás de una cortina. Un verdadero privilegio.

Un pequeño museo, situado junto a la entrada principal de las iglesias, alberga ahora los diversos tesoros encontrados en ellas (manuscritos ricamente decorados con ilustraciones, un cofre tallado por Lalibela, bastones de oración...).

Orientación

Grupo norte. Aunque la explicación está lejos de descubrirse, parece probable que haya una lógica en este conjunto de santuarios que constituiría una obra única llena de símbolos. Desde la tumba de Adán hasta la iglesia del Salvador del Mundo, hay sin duda un camino preciso donde se inscribe un camino teológico en la piedra que es hermético al mayor número de profanos y fieles.

El río Jordán. Las iglesias del sur están separadas del grupo del norte por el río Jordán, un canal artificial excavado en la roca por el emperador Lalibela que quería recrear su nueva Jerusalén. En medio de su curso, a menudo seco, una cruz monolítica simboliza el lugar donde se bautizó a Cristo.

Grupo sur. Parece que la mayoría de estos edificios no estaban destinados a ser iglesias, teniendo en cuenta su estructura de túnel fortificado. Probablemente albergaban las viviendas del rey y su corte. Menos impresionantes y por lo tanto menos visitadas que las del grupo del norte, las iglesias del grupo sur ofrecen una atmósfera muy diferente. Aquellos que vayan sin guía deberán llevar una linterna para caminar por las galerías, pero orientarse es difícil. No pierda la oportunidad de observar las poblaciones de periquitos (love birds), numerosos en los árboles que rodean el lugar.