Cuándo ir à VILNIUS ?
Como el país está situado en la latitud norte de Canadá, el clima de Lituania se caracteriza por inviernos rigurosos. Cuanto más se adentra uno en el interior, sobre todo en Vilna, más continental se vuelve el clima, con temperaturas 4°C más bajas que en la costa en invierno y al menos 2°C más altas en verano. Los días de verano son especialmente largos (sobre todo en junio), con una media de 20°C, mientras que en invierno la temperatura media en Lituania es de -7°C, con picos de -30°C.
¿Cuándo ir a Lituania y descubrir Vilna? Todo depende de lo que busque. La temporada turística alta va del 20 de junio al 31 de agosto y es probablemente el mejor momento para visitar Lituania, debido al agradable clima estival. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los visitantes son cada vez más numerosos durante este periodo de gran afluencia, y los precios del alojamiento son más elevados (es imprescindible reservar). Los periodos de Navidad y Semana Santa atraen sobre todo a turistas locales (escandinavos y rusos) y destacan por las diversas celebraciones que tienen lugar. Las épocas de menor afluencia son otoño (octubre y noviembre) y finales de invierno (marzo y principios de abril), en gran parte debido al clima: el otoño es gris, incluso oscuro y húmedo, y a finales de invierno nieva y cae aguanieve. Para los aficionados a los deportes de invierno que se pregunten cuándo ir a Lituania, las mejores épocas son sin duda enero y febrero. Se puede disfrutar de Liepkalnis, la mayor zona de esquí de Vilna, con 10 pistas de diferente dificultad, parkas de nieve, una escuela de esquí, una cafetería y un restaurante. El complejo de deportes de invierno de Vilna se encuentra, por supuesto, en el punto más alto de la ciudad.
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Vilna es una de las ciudades bálticas más antiguas, una urbe fascinante y uno de los principales centros industriales, científicos y culturales de la región. Da la impresión de ser una gran ciudad de provincias, con un ambiente agradable y una tranquilidad aparente, sobre todo cuando se pasea por la orilla izquierda, en el casco antiguo. Su arquitectura, de un barroco bastante uniforme, le confiere un aire armonioso, incluso de decorado de película. Esta atmósfera se refleja en sus habitantes, que tienen fama de ser cálidos y abiertos. En la orilla derecha del río Neris, los rascacielos de la parte más nueva de Vilna, las antiguas fábricas y las viviendas sociales de la época soviética contrastan con el encanto barroco del casco antiguo. Vilna, como la turbulenta historia de la nación lituana, ha conocido muchos altibajos, pero mira decididamente hacia el futuro.
