DOLWE ISLAND
Cinco. Según las autoridades de la isla de Dolwe, éste sería el número de turistas que visitarían la isla en 2017. Pero la situación podría cambiar rápidamente con la inauguración, en diciembre de 2020, del MV Sigulu, un transbordador que une Lugala (distrito de Namayingo) con la isla de Dolwe a través de la isla Sigulu. Hasta entonces, esta tierra de casi 25 km2 rodeada por las aguas del Lago Victoria era accesible sólo al precio de una travesía, a menudo larga y a veces peligrosa, en pequeñas embarcaciones que salían de Bwondha (distrito de Mayuge); suficiente para disuadir a los aventureros más atrevidos, sobre todo porque la isla no tiene ninguna infraestructura turística ... Sin embargo, la isla de Dolwe (también llamada Lolui o Lolwe) no carece de activos. Con su caos de granito (que recuerda vagamente a la costa costarricense...), sus pueblos pesqueros (el principal, Golofa), sus playas de arena y sus escarpas rocosas que dominan las olas, esta isla-oasis es muy bonita. Pero el potencial turístico de la isla se basa sobre todo en el arte rupestre. Los primeros investigadores occidentales investigaron a Dolwe durante los años 50 y 60. Desde entonces, se han emprendido otras misiones científicas para estudiar las enigmáticas pinturas rupestres, grabados y cúpulas que abundan en la isla. Coloreados principalmente en rojo, los motivos pintados (círculos concéntricos, líneas paralelas...) muestran muchas homologías con los de Nyero. Sin fecha, estas pinturas rupestres, situadas principalmente en las costas oeste y sur de la isla, son sin embargo estilísticamente similares a las técnicas e imágenes geométricas de los Batwa. La isla de Dolwe también tiene, además de las representaciones grabadas de fuga, más de 20.000 tazas (una de las concentraciones más altas del mundo). En promedio, 15 cm de profundidad, 25 cm de ancho y 35 cm de largo, estas depresiones y agujeros circulares, tallados por el hombre en grandes losas de granito, requirieron un trabajo considerable. Estas copas parecen haber tenido una función ritual o espiritual. Emitiendo un sonido metálico al ser golpeado con grandes guijarros, losgongs de roca, dispersos a lo largo de la costa, son otra atracción de la isla. Pueden haber sido utilizados para transmitir mensajes específicos a los isleños o para comunicarse con los espíritus. En definitiva, la exótica isla de Dolwe, que parece haber sido habitada, de forma discontinua, desde el Mesolítico (se han descubierto herramientas líticas de este período), bien merece una odisea...