Con una superficie de sólo 370 km², este parque, con una altitud media de entre 1.220 y 1.830 m, es uno de los más pequeños del país y el más cercano a la capital. Aunque es relativamente seco, casi una cuarta parte de la superficie del parque está formada por humedales y lagos bordeados de papiros, el mayor de los cuales es el lago Mburo. En las tres cuartas partes restantes, el bosque de sabana -intercalado con desfiladeros boscosos y espolones y afloramientos rocosos- se lleva la parte del león. La zona actual del parque y las adyacentes han tenido una historia tumultuosa. Como tierra de pastoreo para los pastores banyankole, primero fue clasificada como zona de caza controlada (1933) y luego como reserva de caza (1963) antes de que se le concediera el estatus de parque nacional en 1983 bajo el mandato de Milton Obote. Este registro estuvo probablemente tan motivado (si no mucho más) por razones políticas como medioambientales. De hecho, en medio de la guerra civil, Obote quería debilitar a los banyankole, que eran percibidos como partidarios directos o indirectos de la rebelión dirigida por Museveni. Como resultado, miles de pastores fueron excluidos del territorio del parque sin compensación económica ni ayuda para la reubicación. Hasta el final de las hostilidades, la población local destruyó las infraestructuras del parque y practicó una intensa caza furtiva, en parte como represalia. Cuando Yoweri Museveni llegó al poder, se vio obligado a reducir el tamaño del parque y a permitir que varios habitantes locales vivieran en él para pescar y criar ganado. La creación de la Unidad de Conservación Comunitaria de Mburo unos años después (1991) permitió reubicar a los últimos habitantes del parque ofreciéndoles una compensación. En la actualidad, desde 1995, el 20% de los ingresos generados por las entradas al parque se utiliza para construir clínicas, escuelas y otros proyectos comunitarios. Aunque es una parada muy agradable y pintoresca en el camino hacia el Oeste, el Parque Nacional del Lago Mburo ha sido ignorado durante mucho tiempo por la mayoría de los viajeros y operadores turísticos debido a la ausencia de grandes mamíferos. Hoy en día, con la introducción (como la jirafa de Rothschild desde 2015), reintroducción y reaparición (como el león, que se había perdido desde los años 70) de algunos de ellos, el parque ocupa un lugar destacado en la agenda de los operadores turísticos. A excepción del regreso del rey de los animales, la fauna es digna de interés con especies como la cebra de Burchell, el leopardo o el impala (el elegante antílope no puede verse en casi ningún otro lugar de Uganda). Numerosos antílopes, hienas, hipopótamos, búfalos, facóqueros, chacales, monos, mangostas, nutrias y cocodrilos completan el panorama... Los alrededores del parque también están poblados por vacas ankole con sus enormes cuernos. Como en toda Uganda, los observadores de aves tendrán la oportunidad de observar todo tipo de pájaros, ya que se han catalogado unas 350 especies. Entre las aves raras o endémicas se encuentran el picozapato, el barbo carirrojo y el zampullín africano.

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Hippopotame, Lake Mburo. Andaman - Shutterstock.com

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