SITIO DEL WORLD TRADE CENTER - ZONA CERO
Desde los dramáticos ataques del 11 de septiembre de 2001 y el derrumbe de las torres, que causaron la muerte de casi 3.000 personas, ha habido una extraña atmósfera alrededor de la Zona Cero. La zona sigue cortada por numerosas barricadas y hay agentes de policía en cada esquina de la calle. Esta enorme zona de seguridad se ha convertido en un lugar de peregrinación. La totalidad del sitio no se completará hasta el año 2020. El 27 de febrero de 2003, el grupo de expertos responsable de decidir sobre la reconstrucción del World Trade Center hizo su elección. Entre los seis proyectos propuestos por algunos de los arquitectos más importantes del mundo, fueron elegidos Daniel Libeskind y su equipo, denominado THINK. Su estética, su rendimiento, su simbolismo y, sobre todo, su conexión entre la memoria y el futuro debían convencer a los responsables de Nueva York. Pero en julio de 2003, los datos habían cambiado de nuevo bajo el liderazgo de Larry Silverstein, quien había sido el propietario del sitio desde julio de 2001 (poco menos de dos meses antes del 11 de septiembre). El proyecto de Libeskind está parcialmente abandonado, aunque Libeskind sigue supervisando la construcción general del One World Trade Center. En particular, el arquitecto David Childs de la agencia SOM (Skidmore, Owings, Merrill) está a cargo del diseño del nuevo rascacielos. En septiembre de 2005, se presentaron al público otros proyectos confiados a otros arquitectos de renombre: el World Trade Center constaría de siete edificios. Sin embargo, en mayo de 2009, con la ayuda de la crisis económica, los proyectos todavía están cambiando y seis torres finalmente saldrán del suelo.
La Zona Cero es ahora un sitio conmemorativo altamente emocional y un símbolo político. Pero el World Trade Center es también una ubicación estratégica en el corazón del centro financiero más importante del mundo. De ahí el gran dilema entre el lugar que se le da a la memoria y el que se reserva para oficinas y espacios comerciales. La reconstrucción ha demostrado ser extremadamente complicada y controvertida, dividida entre las fricciones de los diseñadores, el peso de la crisis económica, los intereses financieros y las emociones de los habitantes de la ciudad y de las víctimas. Además de la crisis, también llevó tiempo llegar a un acuerdo con las compañías de seguros.
Hoy, el mundo entero tiene prisa por admirar las nuevas torres y monumentos conmemorativos, símbolos de la resistencia de la ciudad.