Guía de viaje Madera Amada

Bois Chéri es conocido por sus cultivos de té, tan estéticos por la mañana temprano, cuando los recolectores se afanan en sus coloridas ropas y destacan sobre el hermoso y suave verde de los valles. Importado a la isla en 1765 por el abate Galloys, el té se cultiva en Mauricio desde principios del siglo XIX. Durante décadas se redujo a unos pocos cientos de acres, pero tras la Segunda Guerra Mundial, el cultivo aumentó considerablemente. En 1946, un experto llegó a recomendar dedicar 50.000 acres a esta planta, y afirmó que el Domaine de Bois Chéri ¡podría compararse con las mejores plantaciones de té de Ceilán! Este optimismo duró poco, ya que en 1994 sólo había 3.028 hectáreas de plantaciones de té, reducidas a 671 hectáreas en 1999 y a 650 en la actualidad. Este descenso se explica por el alto coste de la producción, que requiere mucho equipo caro y mucha mano de obra: para obtener 1 kg de té hay que recoger 5 kg de hojas verdes. En comparación, la caña de azúcar es más rentable, de ahí la conversión gradual de la mayoría de las plantaciones de té en cañaverales a finales del siglo XX. Hoy en día, el cultivo del té sigue desarrollándose principalmente en los alrededores de Curepipe (producción de Corson) y en la finca Bois Chéri. Esta última produce una media de mil toneladas de té al año, gran parte del cual se vende en Mauricio y otra parte se exporta a Francia, Alemania, Sudáfrica e Isla Reunión. La fábrica puede visitarse in situ.