Los mejores bares y cafés Georgetown

Un bar chino auténtico y animado por la noche y sirve cerveza a un precio razonable.

Shophouse del siglo XIX magníficamente reconvertida en un bar acogedor de madera oscura. Es agradable tomar una cerveza o una copa de vino en un ambiente acogedor. También hay un buen restaurante japonés donde podrás degustar sushi, sashimis y bentos. La terraza es especialmente apreciable por la noche, cuando la temperatura exterior es más soportable.

Un ambiente reggae, con un juke-box que respira los tubos de Bob Marley. Mucha gente por la noche.

Se trata de un café, bar y pastelería que sirve pasteles, helados y bebidas de gran calidad. Los amantes del café no quedarán decepcionados, y también es un lugar estupendo para probar el té matcha en todas sus formas. Nos encanta la decoración de diseño, con sus líneas claras, modernas y despejadas que resultan refrescantes a la vista, y el pequeño jardín. Un remanso de paz para los gourmets Los fines de semana, el restaurante abre por la noche para ofrecer cócteles sorprendentes y originales. Un auténtico laboratorio de sabores.

Si el reggae no está en su panteón musical, es mejor que siga adelante. Los altavoces reproducen un bajo atronador al son del vaivén de la música de Jamaica. Bob Marley toca sus clásicos cada noche, junto con otros rastafaris como Jimmy Cliff y Black Uhuru. La estrella jamaicana adorna las paredes con carteles gigantes. Se ha instalado una pequeña pista de baile para disfrute de los fans. Y si tu atuendo no está a la altura, también puedes comprar un sombrero, un pañuelo o ropa de estilo rasta.

Este bar elegante y moderno ocupa una antigua tienda de Chinatown. Atrás han quedado las chinoiseries, sustituidas por un ambiente sobrio y moderno. El ambiente se caldea con un ingenioso juego de luces de colores. Aquí se viene a tomar un cóctel preparado por un experto coctelero. El Jungle Bird es el cóctel de autor, inventado aquí: ron ámbar, Campari y piña fresca. Se sirve con un ramo de menta fresca y flores comestibles. Pero también puede optar por un Moscow Mule, servido en vaso de cobre... con moderación.