HUKURU MISKIIY Y MUNNAARU
Construida en 1656 por orden del sultán Ibrahim Iskandar I, la mezquita de Hukuru es también conocida como la de los Viernes. Es, sin duda, el edificio más bello de las Maldivas y merece por sí sola la visita a Malé. Se encuentra en Medhuziyaaraiy Magu, frente al Muleeaage.
Su arquitectura ilustra perfectamente la habilidad de los albañiles y carpinteros maldivos. Sus paredes se construyeron con ladrillos de coral, principalmente de Diploria labyrinthiformis, tan estrechamente bien encajados que no hay juntas. El interior está cubierto con paneles de teca y sándalo, tallados con versos del Corán y motivos ornamentales.
Como la mezquita se construyó sobre los cimientos de un templo solar, la sala de oración está orientada hacia el este y no hacia la Meca, por lo que los fieles se giran para orar en la dirección correcta. Notará que los motivos en la alfombra indican la dirección de la Meca, y, por lo tanto, no se alinean con las paredes.
Los turistas no pueden acceder a la mezquita durante la oración, pero si viene durante el resto de horas, tendrá la oportunidad de visitarla, siempre y cuando pida permiso a las personas que ya están allí y respete sus costumbres. En general, no se oponen y, si conoce a alguien que hable inglés, estarán encantados de contarle la historia del lugar.
Junto a la mezquita se encuentra el Munnaaru, un extraño alminar cilíndrico y blanco, realzado por bandas azules que resaltan la inscripción árabe de una llamada a la oración. Inspirado por los minaretes que vio durante su peregrinación a la Meca, el sultán Ibrahim Iskandar hizo construir este edificio en 1675.
Cementerio de personalidades. Junto al primer alminar se encuentra el cementerio de las personalidades de Malé. Sultanes, ministros, dignatarios y gente famosa descansan aquí en paz. Las capillas están finamente talladas y decoradas con símbolos que indican la importancia del difunto. En el jardín se encuentran muchas estelas funerarias de piedra, también talladas. Las redondeadas son para las mujeres, mientras que las de los hombres son puntiagudas. Actualmente, debido a la falta de espacio, no se asignan estelas a los fallecidos, sino que se entierran unos encima de otros.