PALACIO DE HISHAM (KHIRBET EL-MAFJAR)

El palacio de Hisham es una de las principales atracciones de Jericó. El edificio se construyó hacia 730, durante el reinado de Hisham, ^octavo califa de la dinastía omeya. Pero sólo fue habitado por su sucesor, y por poco tiempo, ya que el gran terremoto de 747 dañó gravemente el edificio. La acumulación de escombros ayudó a preservarlo hasta que fue desenterrado por los arqueólogos. Este palacio es similar a los "castillos del desierto" del noreste de Jordania. Servía de residencia secundaria al califa, que reinaba en Damasco y acudía a Jericó para relajarse y divertirse. El recinto incluía un palacio, dos mezquitas y enormes baños, todo ricamente decorado con suntuosos mosaicos.

Sitio principal. La visita comienza con un pequeño museo, antes de entrar en un patio con un estanque pavimentado con mosaicos y una fuente. Una amplia entrada y un vestíbulo conducen al palacio propiamente dicho, rodeado por un patio con columnatas. La fachada estaba decorada con ventanas arqueadas en dos niveles. Frente a la entrada, el vestíbulo de recepción estaba precedido por un serdab, una sala fresca para el verano. Al sur había una pequeña mezquita, cuyo alminar aún se conserva. El lado norte del patio albergaba los establos. Todo el edificio estaba adornado con esculturas de piedra, estuco y pinturas; la entrada y el vestíbulo estaban especialmente cuidados. La decoración es floral y animal, e incluye representaciones femeninas, sobre todo de bailarinas. La mezquita principal, a la que se accede tanto desde el interior como desde el exterior del palacio, está precedida por un gran patio de dos naves.

Los baños. La entrada principal, al este, está dominada por la estatua del califa sobre un pedestal adornado con dos leones. Dieciséis pilares agrupados sostienen una cúpula central. El suelo de la piscina está cubierto con un mosaico. La clave de la cúpula está decorada con un rosetón de estuco que representa rostros humanos y hojas de acanto. Las pechinas están decoradas con caballos alados. Una segunda entrada en la esquina suroeste tenía probablemente una función privada: permitía acceder a los baños directamente desde el palacio. Probablemente, esta sala estaba reservada al califa. Los magníficos mosaicos del suelo y las paredes representan el Árbol de la Vida enmarcado por un león que ataca a un ciervo y otros dos ciervos pacíficos. Las interpretaciones varían, pero se cree que el león representa al califa y los ciervos a sus esposas (su harén).