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Musée de l'Hôtel de la Monnaie, Calle Ayacucho, Potosí, Bolivia
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La Casa de la Moneda es el mayor edificio colonial construido por los españoles en América, y el museo más bello del país

Es el mayor edificio colonial construido por los españoles en América. Este museo, el más bello del país, impresiona nada más ver su portal tallado. Una figura domina el primer patio interior: El Mascarón. Esta pieza fue creada por un francés, Eugene Moullon, en 1856. Su identidad intriga a los historiadores, pero se sabe que no es una representación de Baco. El Mascarón es el símbolo de la ciudad imperial.

La primera Casa de la Moneda se construyó apenas 30 años después de la fundación de la ciudad imperial (1575). La acuñación de monedas estaba regulada por los Reyes Católicos de España. Se impuso un control estricto debido al papel que iba a desempeñar la plata (metal) como patrón de la oferta monetaria de la época. Un poco de economía, sólo para recordar que la norma del sistema monetario era tanto la base monetaria (reserva de valor) como la oferta monetaria (unidad de cuenta, unidad de valor y unidad de cambio). Cualquier producción física de dinero aumentaba automáticamente la riqueza de España. El control de la Corona estipulaba que una cuarta parte de la producción de lingotes debía destinarse a la acuñación. La actual Casa de la Moneda, construida entre 1750 y 30 años después, tiene una superficie de 12.500 m². Coste de la inversión: 1.142.000 pesos. Retorno de la inversión: ilimitado. Fue dentro de sus muros donde se acuñaron las primeras monedas del mundo.

La Casa de la Moneda se construyó sobre un antiguo mercado. Los materiales se trajeron de los alrededores de Potosí, las ventanas de Cochabamba y los balcones de Salamanca vía Buenos Aires. La puerta fue tallada por artistas indios anónimos. El imponente edificio está dividido en tres patios interiores que corresponden, por orden, a la parte administrativa, las máquinas de acuñación y las salas de fundición de metales.

Sala de numismática: la numismática, la ciencia de las monedas y medallas antiguas, tiene obviamente su lugar aquí. Desde el siglo XVI hasta el XIX se acuñaron aquí las macuquinas, palabra de origen quechua que significa "acuñación". Estas monedas se hacían una a una, con un martillo, hasta 1773. Estas macuquinas circularon en América y España con el mismo valor monetario.

Sala de laminación: las máquinas de madera fueron fabricadas en España en el siglo XVIII y traídas a Potosí desde Buenos Aires. Se utilizaban para enrollar lingotes de oro y plata y funcionaban como relojes. Las hachas y los engranajes son de encina, una de las maderas más resistentes de Europa. Siempre se ha pensado que en una época estas máquinas eran manejadas por esclavos negros, pero no hay documentación que apoye esta hipótesis.

Sala Melchor Pérez de Holguín (la que aparece en los billetes de 50 Bs): es una de las colecciones más completas de pintura colonial. Melchor Pérez, nacido en 1660 en Cochabamba, murió a los 68 años en Potosí, donde vivió la mayor parte de su vida. Su pintura expresa el choque cultural de la conquista española y es testigo del auge económico y cultural de una ciudad que se dio el lujo de tener su propia escuela de pintura. La obra de Holguín está poblada de personajes de la historia bíblica y cristiana, ascetas y místicos, pálidos y delgados de rasgos puros, santos, ángeles, profetas y mártires. Pero detrás de esta concentración se esconden bosques de símbolos que nos observan con ojos familiares. De manera baudelairiana, el pintor establece correspondencias entre las fuerzas de la naturaleza, los dioses andinos y las personas, estas últimas a menudo subdimensionadas en relación con los demás elementos de la obra.

Se dice que Holguín dibujaba como un indio, mientras pintaba como un español. A menudo se le ha comparado con el pintor español Miguel de Zurbarán, con quien se le relaciona por su textura, los rasgos de sus figuras y su dominio del claroscuro. Mientras Holguín alcanzaba la cima de su arte, al mismo tiempo, más al norte, Arze y Ceballos (Ecuador), Quispe Tito (Perú) y Echave Rioja (México) llevaban la pintura colonial latinoamericana a su apogeo. Entre 1650 y 1750, la expresión pictórica de esta parte del mundo alcanzó su máxima expresión a través de pintores que tenían en común el retrato de una nueva entidad cultural en ciernes: América Latina. Según los especialistas, el mejor cuadro de Holguín es La entrada del virrey Morcillo en Potosí (1716), que se encuentra en el Museo de las Américas de Madrid. No obstante, la colección de La Moneda es lo suficientemente rica como para hacerse una idea de la obra del pintor más representativo de la escuela potosina.

Sala Gaspar Miguel de Berrio: curiosamente, su cuadro más significativo no está aquí. Expuesta en el Museo Universitario de Sucre, representa la ciudad imperial y las lagunas de San Idelfonso, con el cerro Rico, la montaña de la plata, dominando el conjunto. Miguel de Berrio, criollo descendiente de españoles, nació en Potosí en 1706 y murió hacia 1765. Sus cuadros más bellos(La Coronación de la Virgen) se encuentran en el Museo de Arte de La Paz, que no debe perderse. Su estilo, síntesis de la pintura regional del siglo XVIII, se sitúa entre las escuelas del Collao y del Cuzco. Se caracteriza por la ausencia de perspectiva, la idealización de los temas y la acumulación de figuras y símbolos que requieren un cierto conocimiento iconográfico para su lectura.

Luis Nino Hall: pintor y escultor de la escuela potosina, su obra más bella, La Virgen de Málaga, se encuentra en el Museo de Denver, en Estados Unidos. La Moneda exhibe otras dos vírgenes de Nino, la Virgen del Rosario y la Virgen de Sabaya. Este bohemio de inmenso talento, amante del alcohol, las chicas y la fiesta, fue contratado por la archidiócesis para realizar obras religiosas para las iglesias. Entre sus Vírgenes introdujo la Trinidad Andina, la Pachamama (una virgen con forma triangular), el Sol y la Luna, junto a ángeles y arcángeles que tocan el charango. Sus colores dominantes son el oro, el rojo y el azul. Podría haber hecho algunas de las esculturas de San Lorenzo.

La Virgen del Cerro: la visita a las colecciones de pintura termina con un cuadro anónimo del siglo XVIII: La Virgen del Cerro de Potosí. Con la Montaña de Plata, la Virgen María y la Pachamama, ilustra la extraordinaria historia de la ciudad imperial. En la parte inferior del cuadro aparece Huaskar Capác, el emperador inca que quiso explotar la plata y al que la montaña respondió brutalmente con una explosión (Poto'jsi en quechua). A su derecha se encuentra Diego Huallpa, poseedor del secreto de la montaña de plata. Diego Centeno, en la parte inferior izquierda del cuadro, está hablando con Huallpa. Centeno fue el primer español en explotar la montaña de plata. Abajo y a la derecha se encuentra el emperador Carlos V, constructor del imperio donde el sol nunca se pone, simbolizado por una esfera azul. A su izquierda están el Papa y un obispo, autoridades religiosas que, gracias al diezmo de Potosí, podrán completar la construcción de cierta basílica de San Pedro en Roma. En la parte superior, el artista ha colocado a Dios, el Hijo y el Espíritu Santo, sin olvidar el sol a la derecha y la luna a la izquierda de la Pachamama. Este cuadro es, en cierto modo, la "síntesis de las síntesis" del arte y la historia de Potosí.

Habitación de Plata: da una pequeña muestra de lo que pudo ser la grandeza de Potosí. Aquí se pueden ver utensilios, candelabros e incluso trajes de fiesta hechos de plata, así como las máquinas utilizadas para acuñar monedas.

Habitación de Cecilio Guzmán de Rojas (la que aparece en los billetes de 10 Bs): en su cuadro El beso del ídolo, Guzmán de Rojas expresa a su manera la omnipresencia de las deidades andinas en la sociedad boliviana.

Una sala de mineralogía hará las delicias de nuestros amigos, geólogos y amantes de la litoterapia, que descubrirán nada menos que 3.600 piezas, entre ellas la famosa bolivianita, única en el mundo.

Una sala arqueológica presenta restos precolombinos, tejidos, así como chullpas y momias de niños españoles que fueron enterrados frente a la iglesia de San Bernardo.


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Opiniones de los miembros sobre CASA DE LA MONEDA

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svoyage
Visitado en noviembre 2017
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Visite en français à 14h30. 2 heures de visite. Mise en lien de la monnaie en Bolivie avec l'histoire du pays. J'ai appris que les billets boliviens étaient imprimés en France, à Rennes! De belles salles où l'on peut voir des pièces et comprendre comment elles étaient fabriquées.
jeanmichmuch
Visitado en noviembre 2016
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C'est vraiment un très beau musée et très complet, des bâtiments gigantesques, prévoir pas mal de temps si on veut détailler, c'est bien expliqué, vous allez marcher et beaucoup si vous voulez tout faire et voir, il en faut pour son argent comme on dit: 40 Bs c'est cher quand même pour le pays.
Visitado en julio 2016
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Visite du musée intéressante, cette visite retrace la pénibilité du travail de l'argent, l'exploitation, l'esclavagisme que les espagnols ont fait subir aux indigènes. Des millions de morts pour de l'argent. Visite à faire !
Pierreluchm
Visitado en agosto 2015
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C'est définitivement le musée le plus intéressant de Bolivie parmi ceux que j'ai eu la chance de visiter. Il siège de surcroît dans un bâtiment historique remarquable. Je le recommande à tous les férus d'histoire, mais aussi à tout type de touriste, car il est important de prendre conscience de l'histoire minière et numismatique de Potosi pour comprendre les impacts de la colonisation espagnole sur la Bolivie ainsi que la réalité socio-économique actuelle de la population
Jepita
Visitado en noviembre 2015
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Incontournable cette visite qui permet de connaitre les différentes monnaies d'argent qui ont été frappées et de comprendre comment l'exploitation des mines d'argent a épuisé les peuples noirs et indiens qui y ont travaillé successivement.
L'histoire des monnaies à travers plusieurs salles, les différentes machines utilisées pour frapper les monnaies ... bref une visite intéressante et instructive avec, si vous demandez, la possibilité d'avoir un guide en français.

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