CAPILLA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
Esta capilla, situada junto a la catedral, alberga la Virgen Morena, obra del artista franciscano Diego de Ocaña
La capilla de la Virgen de Guadalupe está a la izquierda, justo al lado de la catedral (acceso por el museo). Construida en 1602 y ampliada en 1617, es famosa por albergar el cuadro de Nuestra Señora de Guadalupe. También conocida como la Virgen Morena, esta pintura es obra del artista franciscano Diego de Ocaña. En 1784 se añadió al cuadro una placa de plata y oro de un centímetro de grosor que cubre el manto de la Virgen. La Virgen de Guadalupe es la obra religiosa más suntuosa de América. La casulla de la Virgen, profusamente decorada, destaca en relieve sobre el cuadro y fue un regalo de Carlos V. Enriquecida a lo largo de los siglos por los fieles que han añadido innumerables piedras preciosas, contiene unas 27.000 perlas finas, 19.000 diamantes, 8.000 rubíes y un número considerable de esmeraldas, topacios, etc., con un valor estimado de 40 millones de dólares. Cada año, el 8 de septiembre, día de la fiesta de la Virgen María, el cuadro con marco de plata, protegido por una cúpula de cristal, es llevado en procesión por toda la ciudad.
El Museo de la Catedral, el más importante del país, cuenta con una buena colección de pinturas de artistas de renombre. Hay obras de Bitti (italiano de la escuela española), como su Virgen de las Frutas; de Willem Key (holandés), cuyo cuadro Piedad puede verse, y de Fourchault (flamenco), una Adoración de los pastores, ambos pertenecientes a la escuela flamenca. También se expone un San Francisco de Paula de Pérez Holguín (boliviano), que pertenece a la escuela de Charcas. El museo también expone una colección de ornamentos religiosos de los obispos y arzobispos de Charcas, finamente trabajados en hilo de plata; el museo también expone una colección de ornamentos religiosos de los obispos y arzobispos de Charcas, finamente forjados en hilo de plata; y una serie de piezas de orfebrería local, como el sacramento de oro del Corpus Christi, con incrustaciones de diamantes, esmeraldas, rubíes, topacios, amatistas y perlas; cálices de oro con incrustaciones de piedras preciosas, sagrarios, anillos y una cruz de lapislázuli. Todo esto, al parecer, es ínfimo comparado con el tesoro de la Virgen: dos grandes cofres llenos de joyas ofrecidas por los fieles y cuyo valor aún se desconoce. A veces se habla de vender este tesoro para pagar las deudas de Bolivia
Tenga en cuenta que la entrada también da acceso a la catedral y al museo eclesiástico.