CEMENTERIO GENERAL

Inaugurado en 1831 bajo la presidencia del mariscal Andrés de Santa Cruz, este insólito lugar de enterramiento hace que los viajeros se replanteen las ideas, a veces melancólicas, que tenían de los cementerios. De hecho, en este lugar, las convenciones funerarias no tienen nada que ver con las de Europa. Aquí, venir a llorar en silencio no existe. En cambio, la gente acude a bailar, cantar y beber en honor del difunto. Las tumbas alojan a los "inquilinos" en estructuras de más de cuatro pisos de altura, a veces cubiertas con coloridos murales. Altares y mesas ceremoniales (apxatas) sembradas de flores, pan, Singani, cigarrillos, incienso, hojas de coca y otras plantas rituales bendecidas por los maestros de ceremonia (yatiris) decoran los pasillos. Según la tradición, las almas llegan cada 1 de noviembre a mediodía y se van al día siguiente a la misma hora. Si está en La Paz ese día, el famoso "Día de los Muertos" es una conmemoración que no debe perderse El recinto tiene más de 1,5 km de longitud y 92.000 metros cuadrados, y es muy fácil perderse. Además, el cementerio está tan lleno que las criptas sólo se reservan por un máximo de 10 años. Las urnas tendrán que ser devueltas a las familias, que no podrán seguir pagando el alquiler. A veces incluso se pierden por falta de fondos. El precio de un entierro en este notorio cementerio varía entre 214 y 12.500 dólares, según el lugar y la realización de la ceremonia. Por último, el sitio alberga a los principales protagonistas de la historia boliviana. Por ejemplo, hay un mausoleo militar que contiene los restos de los héroes de la Guerra del Pacífico de 1879 contra Chile y la tumba del sacerdote jesuita español Luis Espinal, asesinado en 1981, que lleva la inscripción "Mártir de la democracia".

Cómo llegar

Situado entre el centro histórico de La Paz y la ciudad de El Alto, la mejor manera de llegar al Cementerio General es tomar el teleférico de la línea roja hasta la estación de Ajayuni (Cementerio). Desde aquí salen también los autobuses y furgonetas para Copacabana, Tiwanaku y Coroico. Las paradas están detrás de las floristerías. Tenga cuidado con sus pertenencias durante la visita: la zona no es muy amigable y a veces los turistas son detenidos por falsos policías que les extorsionan. Se recomienda utilizar los servicios de un guía.