No se mienta. La calle Mercière no siempre está decorada con las mejores intenciones culinarias. Afortunadamente, está Menthe, uno de los pocos establecimientos de la zona que no engaña. En la esquina de una calle tranquila, lejos del ajetreo de la gente, La Menthe le invita a su original terraza, compuesta por mesas de fabricación casera con abundantes adornos que le dan al conjunto un ambiente picaresco y cálido. No cuenta con un espacio muy grande, pero la cálida bienvenida a un entorno tan coqueto hace que nos concentremos en nuestro mundo a la hora de compartir la comida. Hay cojines, telas, fotos en blanco y negro, colores suaves y, en el medio, la adorable Sophie y su equipo siempre atento y amable.
Otra razón para visitar La Menthe es disfrutar de sus platos, elaborados a partir de excelentes productos según recetas de farandoles, que han demostrado su valía a lo largo de los años. Gazpacho de zanahoria con tarta de naranja, champiñones y queso brie, humus, flan de puerro con cuatro especias o ensalada de col roja con vinagre balsámico para empezar con los entrantes. A continuación, un delicioso jarrete de cordero con miel y ciruelas pasas, los imprescindibles keftas de ternera con especias dulces de Provenza, un tartar de salmón con patatas fritas, una fondue de queso de cabra de Villard Reculas (un sacrificio) o un hígado de ternera con perejil y su puré casero a base de aceite de oliva. No olvide el plato especial del día: la lasaña de ternera o las ensaladas grandes, incluyendo una vegetariana. Postres caseros con ensalada de frutas frescas, crème brûlée o fondant de chocolate. En los platos de La Menthe hay frescura, generosidad y sol en farandole.
Service exécrable. On a réussi à avoir les boissons en allant les chercher au bar Après l’entrée, la serveuse hyper désagréable et la nourriture Médiocre C’est vraiment très dommage, car l’établissement jouissait une belle réputation est là. C’est vraiment fini.
Sublime soupe a l’oignon
On ne laisse rien du saucisson brioché
La quenelle de brochet est hors du commun
L’andouillette panée vous laissera sans voix
et pour finir un baba au rhum régressif accompagné de sa bouteille de rhum « au cas où »
Service très agréable et cuisine très arrangeante lorsque l’on évite les produits laitiers comme la crème