LE COMPTOIR DE MATHILDE
Abierto desde abril, este mostrador de buenas cosas ha sido desde entonces "una invitación al viaje de los sentidos". Un mensaje bien recibido, puesto que hemos respondido inmediatamente recorriendo esta pequeña puerta a los productos refinados. En las estanterías encontramos chocolate en todas sus formas: tabletas, al desguace de dulces o, mejor aún, en pasta para untar. Los pequeños frascos de cristal tienen un encanto loco y su contenido es un gusto sin igual. Qué decir de los aceites de oliva, de vinagre, de la tainclinada o de la mostaza que incitan a cocinar para regalarse. Las mermeladas también merecen la pena, como los licores. Originalidad: el licor crema de chocolate que sirve de aperitivo para sorprender a tus invitados. Nos gustó, con moderación, por supuesto, los rags arreglados con nombre evocador de Rhuma'suaura y los perfumes orginales como cactus, anís o tropical con guayabas, mango, fruto de la pasión y del plátano. Una delicia que compartir.