El pueblo de Grand-Bornand es un sitio armonioso de piedra y madera, rodeado de un bosque, con la cordillera de Aravis al sureste y la cordillera de Bargy al norte como telón de fondo. Es la puerta de entrada al valle del Bouchet, dominado por la Pointe Percée y el Col des Annes, y está bordeado por el torrente del Borne que le da nombre. Se trata de una agradable localidad con un patrimonio natural bien conservado, que cuenta con auténticos chalets de varios siglos agrupados en torno a la iglesia y su bulboso campanario o diseminados por las laderas de los alrededores. La explotación de la madera, una de sus economías históricas, ha permitido el desarrollo de habilidades constructivas y artesanales que se pueden encontrar en las características de las explotaciones de Bornandine - la Maison du Patrimoine es un ejemplo revelador. Son los testigos de una agricultura tradicional de montaña aún muy viva en la actualidad. El gran rebaño de Abondance -el famoso Pie-Rouge- alimentado en sus pastos de montaña lo convierte en la "cuna del Reblochon". Entre la tradición y la modernidad, este alegre pueblo florece en el corazón de uno de los valles más soleados del Aravis, en los límites del valle del Borne y del valle de Thônes, y destaca por su actividad turística, tan rica en invierno como en verano. Su anexo natural de Chinaillon, etapa esencial en el camino hacia el puerto de la Colombière -bloqueado por la nieve desde finales de noviembre hasta finales de mayo-, instaló su primer remonte en 1953.

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Le col de l'Oulette Alexandre ESPINASSE

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