Un agradable restaurante con aspecto de guincura a orillas de Saone. Las frituras y otras ranas de la región son, evidentemente, reinas. El dúo Carpentier y Mehu (ya propietarios del Jols y del Mendo, dos establecimientos de moda en Lyon) juegan aquí con un espíritu rural y familiar. A prueba de prioridad: la calreza local (con peces del Saone) por encargo, a partir de 4 personas o de las nueces de Santiago, a las que se asoma en rotura, girollas y espinacas salteadas. En postre, pruebe este pan perdido, o esta tarta de las hermanas Tatin servida tibia y crema doble. Si te gusta el espectador, pide que pruebes el hielo al mismo perfume, una delicia… En verano, una espléndida terraza a orillas de Sâone te hace disfrutar de esta suntuosa decoración, sobre todo en la puesta de sol. Un establecimiento pequeño con una buena voluntad.
L'accueil chaleureux, le repas savoureux et le lieu magique, vous font passer une excellente soirée.
Je recommande vivement.