En un momento en que Internet crea adicciones severas, la gente sigue reuniéndose físicamente para dialogar alrededor de Sócrates es tranquilizador. El espacio Salvador, dedicado al intercambio de los conocimientos de la mente, está establecido en un magnífico hotel especial del siglo XIX. Se trata de temas filosóficos como una vida laboral. Por el precio de un taller de la noche o de una clase de yoga, se les invita a participar en discusiones colectivas alrededor de una mesa, a la vez estúpida y desenfadada. No hay tribunales magistrales, sino un cuestionamiento del pensamiento único y, a veces, respuestas concretas a las preguntas actuales… Profesores y profesionales comparten aquí su conocimiento de las sagas orientales y occidentales con toda persona que la filosofía interesa. El jueves, por ejemplo, con las noches de café-filosofía. Público e invitados intercambian el tema del día. Trato cálido y acogedor, de las aptitudes que encontrarás en esta Casa de la Filosofía.