Arlés es una ciudad pequeña, y su centro se puede visitar a pie. Pero no se deje engañar, ¡siempre le sorprenderá el increíble patrimonio que encierra! Sus primeras obras se remontan a la antigua Roma. La joya de la corona de estos testimonios del Imperio Romano son, por supuesto, las arenas: construidas a finales del siglo I, se transformaron en fortaleza durante la Alta Edad Media, y aún hoy se utilizan para espectáculos taurinos, en particular. Recuerdan al Coliseo de Roma o, más cerca, a los ruedos de Nîmes. El teatro antiguo, por su parte, se construyó con un modelo inspirado en los templos griegos, bajo Augusto, el emperador constructor origen de muchos edificios de la Galia romana, hacia el 27-25 a.C. Tuvo diversas funciones a lo largo de los siglos, pero acabó desapareciendo bajo casas y jardines; fue redescubierto por las campañas arqueológicas llevadas a cabo en el siglo XIX. En la actualidad, se dedica al Festival de Arles (junio-julio) y al Festival Internacional de Fotografía. La iglesia románica de Saint-Trophime y su claustro, de gran belleza, son de visita obligada. Tampoco hay que perderse los Alyscamps, un vasto cementerio bimilenario que albergaba los ataúdes bajados del Ródano. De esta inmensa necrópolis, que rodea la ciudad, queda una callejuela bordeada de cipreses. Por último, hay que ver el Musée de l'Arles Antique, el Musée Réattu (escuela provenzal de los siglos XVIII y XIX, arte moderno -¡algunos dibujos preciosos de Picasso! - y fotografía) y los museos lapidarios de arte pagano y cristiano. Arlés es también un festival de fotografía de fama mundial: desde la primera semana de julio, las calles se llenan de turistas que acuden a admirar las exposiciones que florecen en los lugares dedicados a ello, pero también en las paredes de las casas o en las tiendas. La recién inaugurada torre de la fundación LUMA, dedicada a las artes visuales, refuerza aún más el prestigio artístico de la ciudad. Ciudad de múltiples influencias, con una historia milenaria, Arlés es un tesoro arqueológico y contemporáneo.Apenas 15 km más al norte, en el Ródano, Beaucaire es una península entre el canal y el Ródano. Con sus 44,5 hectáreas de zona protegida, muestra su excepcional patrimonio edificado. Verá el ayuntamiento del siglo XVII, la colegiata de Notre Dame des Pomiers, el museo municipal Auguste Jacquet y el castillo de los siglos XI y XIII, que domina la ciudad.

¿Qué visitar Arles?

¿Cuándo ir Arles?

¿Cuándo ir a Arles? Para aprovechar al máximo su visita a esta ciudad histórica y artística, he aquí algunas informaciones:

Enero y febrero en Arlés son meses tranquilos, marcados por un clima fresco. Es el momento ideal para aprovechar los precios de temporada baja y evitar las aglomeraciones

Marzo y abril calientan los corazones y los cuerpos con hermosos días para visitar el patrimonio de Arlés. Los precios siguen siendo bajos y la ciudad empieza a cobrar vida.

La mejor época para visitar Ar lés es en mayo y junio. El tiempo es perfecto para visitar los lugares históricos y participar en los primeros actos culturales del año.

Julio y agosto son temporada alta en Arlés. La ciudad acoge su famoso festival internacional de fotografía , que atrae a visitantes de todo el mundo. A pesar de las altas temperaturas y los precios más elevados, la efervescencia cultural hace muy atractivo este periodo.

Septiembre y octubre son meses encantadores para visitar Arlés. Las temperaturas siguen siendo suaves y el ambiente más relajado.

Por último, noviembre y diciembre en Ar lés son más tranquilos. Las temperaturas bajan, pero se sigue viviendo una experiencia más auténtica, lejos del ajetreo turístico.

Arlés es un destino muy accesible durante todo el año, pero para aprovechar al máximo su escapada, opte por la primavera o el otoño, cuando el tiempo es suave y la ciudad está menos masificada. Tanto si desea descubrir su patrimonio ancestral como participar en su festival de fotografía, Arlés es una etapa que no querrá perderse

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El tiempo durante el año

Típicamente mediterráneo, el clima de Arlés se caracteriza por veranos calurosos y secos e inviernos suaves y húmedos.

Entemporada alta, de junio a agosto, las temperaturas en Arlés alcanzan los 30 °C, ideales para disfrutar de festivales y lugares al aire libre

Entemporada baja, de noviembre a marzo, las temperaturas son más frescas, entre 10 °C y 15 °C, lo que permite explorar la ciudad con tranquilidad.

Nuestro consejo: la primavera y el otoño son especialmente agradables, con temperaturas suaves y sol moderado, sin duda la mejor época para visitar la ciudad.

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Les arènes d'Arles. Roe - Fotolia
Survol de la ville d'Arles. Flavio Vallenari - iStockphoto
Vue sur la ville d'Arles. Oleg_P - stock.adobe.com

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