El pueblo de Le Rouret se encuentra en la carretera entre Niza y Grasse. Su situación en esta vía principal de circulación y a las puertas de la cuenca de Sophia Antipolis ha contribuido a su desarrollo. aquí viven 4000 personas. El pueblo, construido sobre colinas a 300 m de altitud, está protegido por las montañas del interior. Se beneficia del microclima especial de esta región, que ha permitido el cultivo de plantas de perfume. Aunque el cultivo de jazmines, rosas, naranjos y violetas ya no está a la orden del día, Le Rouret ha sabido conservar el estilo de vida provenzal que lo convierte en un lugar tan agradable para vivir. La ciudad ha sabido gestionar su desarrollo urbano preservando al mismo tiempo sus espacios naturales. Las laderas están plantadas de cipreses, alcornoques y olivos que se extienden hasta el mar. Los bancales de piedra seca atestiguan el pasado agrícola de la zona. El bosque comunal, que se extiende por las alturas de Le Rouret, ofrece a los senderistas una magnífica escapada a la naturaleza. El pueblo se organiza en torno a su magnífica plaza provenzal, plantada de plátanos centenarios y bordeada por el ayuntamiento, la iglesia de St-Pons y numerosos edificios antiguos que han visto pasar por sus puertas a generaciones de aldeanos... Todo aquí evoca calma y serenidad.Un poco de historia. El lugar está habitado desde finales de la Edad de Bronce, época en la que la gente se reunía en pequeñas comunidades en las colinas, atraída por el clima suave, la presencia de agua y, a veces, de cuevas. Más tarde, fueron los romanos quienes establecieron oppida o "campamentos" en las alturas. Prueba de esta presencia son los hallazgos de restos y enterramientos en los barrios de Saint Pons y Colombier. En el siglo IX se construyó un castillo en la cima del bosque, pero fue destruido en 1229. La comunidad no sobrevivió a las crisis del siglo XIV, con epidemias de peste, guerras y hambrunas, y desapareció. No fue hasta la Revolución Francesa cuando el último señor del señorío, Joseph Louis Geoffroy du Rouret, fijó su residencia. En aquella época, la población estaba formada principalmente por campesinos dispersos por las colinas. Las obras hidráulicas atrajeron a nuevos habitantes. A principios del siglo XIX, se cultivaban trigo, vid, olivo y lavanda, seguidos de plantas de perfume como el jazmín y las rosas. El final de la Gran Guerra y los locos años veinte vieron la aparición de villas en las colinas. El turismo benefició al municipio, que vio crecer su población. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial detuvo este desarrollo. No fue hasta la década de 1960 cuando Le Rouret volvió a beneficiarse del auge del turismo en la región.

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L'église Saint-Pons et la place des Platanes. Bernard Croisé

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