Guía de viaje Gourdon

No hace falta preguntarse por qué Gourdon es uno de los pueblos más bonitos de Francia, basta con mirar. El emplazamiento, las vistas, la arquitectura, el castillo... todo está ahí. Como un nido de águilas aferrado a su cima rocosa a 760 m de altitud, Gourdon es un auténtico balcón sobre el Mediterráneo. Pasee por el pueblo hasta la plaza Victoria y disfrutará de una impresionante panorámica de 80 km de costa, desde Niza al este hasta las colinas rojas del Esterel al oeste. El pueblo tiene un aspecto orgulloso, agrupado en torno a su imponente castillo feudal. Aquí no hay ruinas, pero este bello edificio medieval, con sus torres redondas, aspilleras y gárgolas, ha sobrevivido casi intacto. La iglesia de Saint-Vincent y las capillas con sus campanarios provenzales salpican los tejados, dando a Gourdon ese toque de encanto que la convierte en una de las principales atracciones turísticas de la región. Comerciantes y artesanos (vidrieros, perfumistas, alfareros, pasteleros, etc.) animan las pintorescas callejuelas de Gourdon, dando vida al pueblo durante todo el año. aquí viven 450 personas. Un poco de historia. El castillo se construyó por etapas a partir del siglo IX en el acantilado de Gourdon, que originalmente era un emplazamiento fortificado. Del edificio medieval se conservan tres torres redondas en las esquinas y la muralla al norte. El resto data del siglo XVII. A finales del siglo XIX, Gourdon se expandió hacia la aldea de Pont du Loup, en el valle del Loup, lo que le permitió desarrollar un negocio de perfumería, naranjos y olivos, ya que el clima era más favorable.