Guía de viaje Conségudes

Es un pequeño pueblo de 110 habitantes, enclavado en una ladera en medio de una abundancia de robles, pinos y abetos. Dos tercios del pueblo están cubiertos de bosques. En otras palabras, Conségudes es un remanso de paz en plena naturaleza y un auténtico paraíso para los excursionistas... El pueblo limita al norte con el valle del Estéron, famoso por sus lugares de baño y barranquismo. El pueblo da al Mont St-Paul, frente a las laderas boscosas del Cheiron. La plaza ofrece una vista panorámica del macizo. Y una bonita fuente adornada con cabezas de león, que hace oír su refrescante murmullo. El ayuntamiento cuenta con un campanario coronado por un campanile. Algunas casas han sido restauradas, con revocos ocres y contraventanas de colores, mientras que otras conservan la austeridad de la piedra vista. La capilla Sainte-Marguerite y el antiguo horno comunal se encuentran en el camino. Algunos pasadizos cubiertos y abovedados recuerdan el pasado medieval del pueblo. El pueblo está atravesado de arriba abajo por calles estrechas y escalonadas. Necesitará buenas piernas para recorrer Conségudes, pero es un paseo encantador. Los más valientes pueden subir hasta la capilla Saint-Paul, que ofrece una magnífica vista sobre el valle del Estéron. Un poco de historia. Conségudes (Consécuta) fue fundada por los templarios en 1159. Era un lugar fortificado, ya que los escritos del siglo XII registran la presencia del Castrum de Conségudis. Ya en 1351 se menciona una iglesia. En 1388, se menciona de nuevo el pueblo, pero no el castillo, que habría desaparecido en esa época. El territorio estaba entonces unido al de Les Ferres, a 5 km de distancia. En aquella época, Conségudes formaba parte del señorío de Laugier. Fue hacia el siglo XVII cuando nació un nuevo pueblo, con la creación de una nueva iglesia dedicada a Saint Georges, mencionada en 1715. Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII, la iglesia de Conségudes dependió de la iglesia de Les Ferres.