El moderno bistró de Frédéric Roggemans, un poco alejado de la calle d'Antibes, se abre a un entorno elegante que mezcla parquet de madera rubia y taquillas de madera oscura. En él se restablece una excelente selección de vinos servidos en el vaso, en las sillas instaladas alrededor de los barriles de mesa o instalado al sol en la pequeña terraza. A la carta: corazón de artillería en barigoula, tartare de atún y su aceite de wasabi, risotto cremoso a la trufa, tartinas variados y charcutería ibérica (pata negra, serano, tartare con cuchillo). En la bodega se sirven consejos sabios y se hace el mercado entre los vinos de todas las regiones francesas, los vinos de los productores y la selecta selección de champanes, todos ofrecidos a la venta.