Esta encantadora y luminosa dirección está degradada de gris y amarillo, despliega su aspecto moderno y su terraza frente al hipódromo de Cagnes-sur-Mer y a pocos pasos de las playas. Joel, el chef, y Christophe proponen platos sencillos al humor: charlón de buey y su compotada de chalote, ravioles ricotta y espinacas con mantequilla de estragón, filete de salmonete snacké virgen en la tamiz y su ratatulla, magret de pato asado al vinagre de frambuesa, manzanas duquesa, plamo y peso goloso y un selección de postres clásicos muy tentadores como la tarta de manzana casera con caramelo de mantequilla salada y chantilly. El trato es preventivo, el asesoramiento atento y el mapa cambian diariamente a medida que los productos del mercado son productos.
Les produits sont frais et la carte courte. Les gnocchis pesto étaient très bons et bien servi. Nous reviendrons avec plaisir !