LA CATEDRAL Y EL CLAUSTRO

La catedral de Notre-Dame-de-l'Assomption tiene un rico pasado y está íntimamente ligada a un hombre: Richelieu (1606-1623). La abadía-iglesia, convertida en catedral en 1317, está dominada por una elegante aguja que se eleva a 85 m. La fachada fue construida a finales del siglo XVII por François Leduc, conocido como "Toscano" por sus referencias al arte toscano. Sus 3 pisos superponen las órdenes: dórico, jónico y corintio. Parte del transepto data de la primera abadía-iglesia del siglo XII. Muebles del siglo XVII, un púlpito pintado con flores y frutas desde cuya cima se dice que Richelieu predicó, y el Descenso de la Cruz (Lubin Baugin) decoran el interior. El mobiliario de la catedral (altar, ambón y cátedra) del orfebre contemporáneo Goudji contribuye a la espiritualidad del lugar. El órgano de coro de Debierre se hace eco del gran órgano Cavaillé-Coll de la galería, clasificado como Monumento Histórico. A la derecha de la catedral, una puerta marcada con el escudo de armas del Cardenal de Borbón-Vendôme (siglo XVI), da acceso al claustro, que vale la pena desviarse. Desde el siglo XVI, las galerías se comunican con la catedral. Los estilos italiano, gótico y renacentista se mezclan allí. Arriba, la magnífica biblioteca del obispado, más reciente, no se aparta del conjunto. La capilla de Sainte-Ursule es una joya de finales del siglo XVII con su techo de madera pintado. En una longitud de 33 metros, se descubre un mensaje: desde la tierra, con los instrumentos musicales, hasta el cielo, pasando por el escenario de la Pasión y la Muerte.