Les Sables-d'Olonne, meca de la vela y la navegación, punto de partida de la legendaria Vendée Globe, ofrece un entorno natural privilegiado, con marismas, dunas, bosques y magníficas playas. Les Sables-d'Olonne es famosa por sus playas de arena fina y sus pintorescos paisajes de dunas, marismas y el bosque de Olonne. Desde 2019, los municipios de Château-d'Olonne y Olonne-sur-Mer se han unido a Les Sables-d'Olonne para formar el más grande Les Sables-d'Olonne. En Château-d'Olonne, el litoral se extiende desde la pequeña playa de Tanchet hasta la bahía de Cayola, una costa salvaje y escarpada. Entre la cornisa y la costa rocosa, descubra una curiosidad: el Puits d'Enfer, donde el agua se precipita violentamente los días de marea alta. Hay muchos indicios que sugieren que Olonne-sur-Mer es la cuna histórica del Pays des Olonnes: menhires (Pierre-Levée), vestigios de las primeras salinas, viñas plantadas por los romanos y destruidas durante la invasión normanda, la milenaria iglesia de Olonne y el convento de los Cordeliers, donde Rabelais se alojó hacia 1510. Olonne-sur-Mer es también el pulmón verde del Pays des Olonnes, con más de 8 km de playas naturales bordeadas por un cinturón de dunas y un bosque nacional. Las marismas de Olonne-sur-Mer son una auténtica reserva natural donde coexisten especies protegidas y salinas. Pero retrocedamos en la historia... La región de las Olonnes está ocupada desde la prehistoria. Fue durante la Edad Media, gracias a Savary de Mauléon, entonces príncipe de Talmont, cuando la ciudad empezó realmente a tomar forma. Su desarrollo se aceleró en el siglo XV gracias al encenagamiento del puerto de Talmont. Como consecuencia, el propio Luis XI se hizo cargo de la organización comercial y administrativa de Les Sables-d'Olonne y le concedió amplias franquicias. El puerto de Les Sables se hizo famoso por su comercio de sal y vino. En el siglo XVII, sus habitantes salieron a pescar bacalao a orillas de Terranova. En aquella época, la ciudad era el primer puerto bacaladero del reino, un auge que se vería frenado por las Guerras de Religión: la ciudad permaneció católica, mientras que el municipio de La Chaume, enfrente, se hizo protestante. Durante la Revolución Francesa, Les Sables-d'Olonne permaneció en el bando republicano. La llegada del ferrocarril en 1866 marcó el inicio del turismo A partir de 1936, cuando se introdujeron las vacaciones pagadas, la estación balnearia floreció. Hoy en día, la ciudad se beneficia de la fama de la Vendée Globe, vuelta al mundo sin escalas ni asistencia.
