A finales del siglo XVIII, Eaux-Bonnes no era más que un pueblo de madera situado al final del estrecho desfiladero de la Sourde. Sólo en el siglo siguiente se construyeron magníficas residencias, de las que hoy quedan algunos restos. Sin embargo, entre los siglos XVI y XIX, numerosas personalidades vinieron a descubrir los beneficios de sus aguas: la reina Margarita de Navarra, Juana de Albret, Enrique IV, Catalina de Navarra, los poetas Du Bartas u Olhagaray, Loreau, así como más tarde Montaigne, Delacroix, Flaubert, Taine, Louis Barthou, etc. Podrá descubrir Eaux-Bonnes gracias a una ruta arbolada

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Eaux-Bonnes David Hughes - Fotolia

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