CAMPANILE LA FERTÉ BERNARD * * *
Te alojas en un excelente elemento de esta cadena, muy tranquilo por la noche. La madera que bordea los pasillos de las habitaciones, que caracteriza la construcción del cartel, está barnizada de cerca, y se ha cuidado las inmediaciones del establecimiento, nada que decir. En el interior, encontrarás la estructura que te fideliza: un salón salón con televisor y una sala de restaurante decente. La recepción tónica y graciosa que te reserves explica en gran parte que se vuelven a hacer los esfuerzos para personalizar el servicio. El tamaño de las habitaciones es un activo indiscutible, uno se siente realmente en un estudio. El amplio plan de trabajo, bañado por la luz del día, satisfará a los que afrontan largas horas de trabajo. La presencia de un (típico de la marca también) bandeja de cortesía galvanise, en caso de debilidad: te recomendamos un café (liofilizado, no exageras) o un té que puedes acompañar de galletas sin salir de su habitación. El aseo se realiza sistemáticamente en una bañera, equipada también con una ducha. Sí, señoras, puedes hacer un brusco, el secador de pelo está previsto. Si te preocupas por comer, tendrás un restaurante abierto 7 j/7.
Bon petit déjeuner buffet