POURQUOI PAS
Y si se comía a Avrillé por una vez,¿por qué no? Este pequeño restaurante dispone de dos salas, con tonos arbolados y rojos, justo frente a una parada de tranvía, práctica. El servicio es sonriente y educado y los platos le honran. A la carta, como a la pizarra, los ingredientes son prometedores y cuando los platos llegan, pupilas y papilos no conocen la decepción. En la entrada, por ejemplo, puedes tomar una terrina de foie gras de pato a la altitud, o del melón con jamón crudo, más simple. Al chef le gusta cocinar el pescado, en particular, con una selección de "corazón de corazón" tras el llegada, por ejemplo un lomo de lugar negro acompañado de pequeñas patatas y de la cocción perfecta. También hay buenas carnes y ensaladas, sólo los vegetarianos no encontrarán muy satisfechos. Las porciones son suficientes, pero dejan espacio para una suave dulzura. Nos dejaríamos probar por la selección del trigo o el perfecto helado en el Atraceau, pero esta vez será un entramado de fresa frambuesa con la musga deliciosamente perfecta. Debilidad: se ha ido a buscar, el sabor del paneso que acompaña al pescado nos ha escapado, pero es una insatisfacción muy rara. Talento: todo lo demás con un servicio impecable. El comedor es privado y está situado en la primera planta.
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