EMPORIO GUIDUCCI
Detrás de un callejón sin salida empedrado, detrás de la mansión Minerve, se esconde Emporio Guiducci, una tienda de comestibles, bodega y mesa de huéspedes italianas. Bajo las bóvedas de piedra, la piazza expone barrizze de frugalidades y de cultura, como un palacio de las delicias y de los placeres divinos, que conviven con una nueva odisea. Después de haber visto un promontorio de charcutería y queso y atravesando la «via dei vini y degli elisir», donde las botellas de vino y de bebidas espirituosas se acumulan, las columnas de Caffè Guiducci y un peristilo de máquinas de café se levantan ante nuestros ojos. Al mirar la mirada aparece un capitolio de antipasti. En estos pescados y hortalizas esperados por el aceite de oliva o alanguilo por la cocción de un caviar se reflejan los castelli de pasta artesanal que responden a los nombres poéticos de Casarecce, Fettuccine, Stringozzi, Quadrucci, Quadrettoni, Fregnacce, etc. Unos cuantos pasos para llegar a las torres de golosinas artesanales. ales y dulces, auténticos bocadillos de ángel que poner en la boca: Tozzetti, Panpepato, Giglietti, Panettone, Torrone y Amoretti. Estos nombres, perfumes y sabores italianos se están acercando a nuestra imaginación y se vuelven tan familiares a lo largo de las visitas que empezar a sentir que un pequeño rincón de Italia está escondido aquí y saboreando la dolce vita es un sueño que se esconde con el dedo y que no se despierta en la voz que te pide: ¿"Che renovables"? "
La cuisine faite maison est fraîche et excellente.
L'ambiance est conviviale dans la grande salle voutée où des produits italiens sont proposés à la vente. La terrasse ombragée est agréable aux beaux jours.