MEMORIA DE GUERRA
Cuando uno se encuentra al pie del impresionante monumento a los muertos de la Plaza de la Victoria, se comprende fácilmente por qué ha sido catalogado "Monumento notable del siglo XX". El monumento fue realizado entre 1924 y 1931 por el escultor Lucien Braseurs y el arquitecto Eduard Monestès. Lo que se observa en primer lugar es, por supuesto, la "Victoria sagrada que conduce a los soldados a la gloria y a la inmortalidad". Muy orgullosa de su caballo, representa la resistencia y la fuerza. Para la pequeña anécdota, el escultor le da los rasgos de su esposa. Detrás de ella, a ambos lados de su montura, hay muchos peludos. Algunos están todavía en pie y llevan banderas. Otros, por el contrario, ya están en tierra. Además, el escultor se ha representado bajo los rasgos de uno de esos valientes soldados. Monumental, sorprendente, impresionante, casi imponente… es difícil encontrar un calificativo para describir perfectamente este Monumento a los Muertos. Pero una cosa es segura, no deja indiferente a la visitante y, además, invita al recolector a que responda a la guerra y a sus estragos. Es un paso esencial para descubrir la ciudad.