Guía de viaje Le Quesnoy

Al borde del bosque de Mormal, la encantadora ciudad de Le Quesnoy recibe el sobrenombre de "la perla del Avesnois". Sin embargo, su historia está llena de asedios, batallas e incluso incendios Sus fortificaciones, que debemos al conde de Hainaut, Balduino IV, conocido como Le Bâtisseur, que las hizo construir en 1150, inspiraron a Vauban, que no perdió tiempo en perfeccionarlas. El Pré Carré, que en realidad tiene forma ovalada, 8 km de largo y 1,1 km de ancho, es el mayor recinto fortificado del norte de Francia y el segundo después de Carcasona. En la actualidad está acondicionado como una serie de senderos, entre los que destaca el "sentier des Arbres des Remparts", plantado con una gran variedad de especies. También puede aprovechar su visita a Le Quesnoy para recorrer las bodegas del castillo de Marguerite de Bourgogne y el quiosco de música, típico de la región. Preste atención al carillón de cuarenta y ocho campanas del campanario del Hôtel de Ville, que toca una melodía diferente cada cuarto de hora. Seguro que reconocerá "Auprès de ma blonde" y "L'hymne à la joie" Por último, pero no por ello menos importante, Le Quesnoy mantiene vínculos especiales con Nueva Zelanda, ya que gracias al valor de los valientes neozelandeses dirigidos por el no menos valiente Leslie Averill, que escalaron las murallas del sector sur, la ciudad fue liberada la noche del 4 de noviembre de 1918. En el lugar de su hazaña se ha erigido un monumento neozelandés que conmemora su valor. Incluso hay una escuela que lleva el nombre del doctor Averill