Armentières, puerta de Flandes, situada a unos quince kilómetros de Lille y cerca de la frontera belga, goza de una ubicación excepcional. Comunicada por autopista, tren y autobús, es fácil llegar a Armentières para pasar un día o un fin de semana. La ciudad de Armentières, antiguo buque insignia de la industria textil, conserva uno de sus apodos: "la Cité de la Toile". La ciudad se construyó originalmente en medio de una gran marisma inundada por el río Lys. Hoy quedan algunos humedales, como el Prés du Hem, de 45 hectáreas, auténtico pulmón verde del área metropolitana de Lille.Desde hace muchos años, la ciudad de Armentières está siendo objeto de una importante reestructuración para hacerla más atractiva y accesible. La zona de la estación se ha renovado por completo y una nueva mediateca se ha instalado en ella. Armentières es un lugar ideal para pasear por el centro de la ciudad, pararse a tomar algo en uno de los numerosos cafés y admirar la plaza mayor y el campanario, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Si desea pasar un fin de semana aquí, no dude en acudir el segundo fin de semana de septiembre a la tradicional fiesta de las Nieulles, que debe su nombre a los pequeños pasteles redondos de arena que son la especialidad gastronómica de la ciudad. El programa incluye un mercadillo, un concierto, la coronación de la Reina de Nieulles, una ducada, un desfile... y para terminar, una rociada de Nieulles desde el balcón del Hôtel de Ville. Esta tradición se remonta a mayo de 1510, cuando el Señor de Armentières salió a tomar el aire desde uno de los balcones de la Grand'Place y lanzó migas de pastel a los niños que jugaban en la plaza. Esta tradición de arrojar objetos desde los campanarios pretendía simbolizar la relación entre los gobernantes y el pueblo. Así que es fácil entender por qué esta tradición cesó durante la Revolución Hubo que esperar hasta 1938 para que la Fiesta de las Nieulles recuperara su lugar en el calendario folclórico de la ciudad.Numerosas personalidades, pasadas y presentes, están vinculadas a la ciudad, entre ellas el diseñador del primer coche eléctrico, Paul Pouchain, nacido en 1868. Otros nombres famosos son Line Renaud, natural de la vecina Nieppe, y Dany Boon.
