ABADÍA DE SAN PEDRO
Antigua abadía benedictina basada en la ruta de peregrinación a Santiago de Compostela, su claustro, milagrosamente conservado, es una joya del arte románico.
Moissac debe su fama internacional al patrimonio artístico legado por la antigua abadía benedictina de San Pedro. Aunque la leyenda atribuye su fundación a Clodoveo, parece más probable que fuera fundada por san Didier, obispo de Cahors en el siglo VII. Su primera edad de oro tuvo lugar en los siglos XI y XII tras su afiliación a la abadía de Cluny en 1047. Fue una época de grandes abades, entre los que destaca Dom Ansquitil, que construyó el claustro, un ejemplo casi único en el mundo por su conservación íntegra. Sus cuatro galerías están formadas por 116 columnas con 76 capiteles historiados, que ilustran unas cincuenta escenas de la Biblia y de la historia de la Iglesia. En los pilares de las esquinas, las efigies de los apóstoles completan la notable iconografía del claustro. El beato Roger fue el autor de la torre del pórtico y del famoso tímpano. Raymond de Montpezat y Bertrand de Montaigu dirigieron la abadía y fueron también los grandes abades constructores del siglo XIII. La parte gótica de la iglesia abacial se construyó en el siglo XV. La secularización de la abadía en 1626 marcó la salida de los monjes benedictinos que habían permanecido en Moissac durante casi mil años. Bajo el sistema de encomienda, fueron sustituidos por canónigos agustinos. Durante la Revolución, la vida monástica llegó a su fin. En el siglo XIX, el claustro fue clasificado como monumento histórico. Hoy, este patrimonio es objeto de atentos cuidados.
Opiniones de los miembros sobre ABADÍA DE SAN PEDRO
Nous n'avons pas eu recours à la visite guidée mais, pour avoir entendu un groupe voisin, la présentation et la précision des réponses du guide étaient de qualité.
Le parcours dans la vieille ville offre de multiples curiosités.
L'abbaye est magnifique et très bien conservée.