Este hotel Ibis no carece de atractivos para la familia lanzada en la carretera de las vacaciones. Está bien situado, a 10 minutos del santuario y a 250 metros de la estación de tren. Limpio y moderno, encontrarás prestaciones de calidad para una enfermedad llena de serenidad. Primer punto positivo: una cama excelente. Segundo punto positivo: los niños son bienvenidos y si tienen menos de 12 años, su daño es gratuito en la habitación de los padres. La decoración, depurada pero colorida, aunque no muy personalizada, tiene el mérito de ser agradable al ojo. Todas las habitaciones disponen de baño privado con secador de pelo, TV y conexión Wi-Fi gratuita. También hay que destacar la presencia de armarios en las habitaciones, una práctica más práctica. El desayuno, en bufé salado y dulce, se sirve de a h y el servicio es muy agradable. El hotel alberga un restaurante, un bar y un aparcamiento cerrado de pago.