CHEZ MIHAELA
Cuando Mihaela abre sus puertas es un poco de su corazón. Su sonrisa es tan acogedora como su suave voz en la que se extienden notas lejanas: Si ha salido de Rumanía durante muchos años, el país no lo ha dejado totalmente. Y eso es lo que forja el alma de este establecimiento simplemente inclasificable. Restaurante, tienda de comestibles, salón de té, karaoke y zona de costura: bienvenido en un pequeño mundo donde uno se siente como en casa. Un lugar tan atípico que, muy rápido, todo el mundo se habla y que las comidas se prolongan alrededor de las mesas que se acercan. Un ambiente único que no eclipsa los menús, en los que se mezclan especialidades francesas y rumanas. Todas las casas caseras son temibles: repollos, taquillas, tostadas de ratatulla y pollo ahumado, filetes de colin, pollo caramelizado con cebollas y pimientos tostados, albóndigas de arroz con ternera y cacahuetes asados… Saladas pateul de tono o de ciuto,¡te dejan la sorpresa de traducción! La decoración está repleta de obras de esta antigua costurera que todavía juega agujas y en caso de olvidarse, la tienda de comestibles te da asco. Un lugar raro y, cuando menos, sorprendente, ideal para visitar.