En las alturas de la ciudad, su elegante fachada magnifica la acera, pero no te malinterpretes detrás de las paredes sobrias,¡un verdadero viaje al sol te espera! O Pmiento Rojo tiene un carácter muy mojado, incluso un brin picante y cuando se sabe que está dedicado al País Vasco, no es sorprendente. Eva le da la bienvenida en un ambiente a la vez y acogedor, dos cualidades que encontrarás en platos magníficamente presentados. Una buena comida te espera porque la carta está repleta de especialidades preparadas con talento y productos frescos… y algunos pimientos. Axoa de cerdo para más sabor y su variante el txilintrólogo de cordero, ineludible chipirón en la bayonesa, piperada, merluza en bastón o española, se talan este año con especialidades bigolias. La confita de pato y foie gras está allí y en invierno se celebra el frío con una guardería o un cascabel. Un comienzo de belleza para este joven restaurante que te atreve a salir de los senderos batidos e incluso revisitar la famosa crema quemada añadiendo pimiento de Espelette, por supuesto. Ruso y pastel vasco forman parte de los postres que se aprecian en esta dirección original donde el delial está a la carta.
Garbure aux vieux légumes fibreux, plats inconsistants mais goûteux, dessert excellent (tarte aux pommes), jus de fruits honteusement insipides. Bien qu'efficace, service sans sourire et sans conviction.
Ne vaut pas les tarifs appliqués.