Guía de viaje La Cavalerie

Antes de llegar a La Cavalerie, hay que disfrutar del típico paisaje del Larzac, en el que se acaba de poner el pie. Hoy, los militares son tan conocidos como las ovejas, pero el campamento del Larzac ha dejado de levantar pasiones y vive en armonía con el pueblo. Ésta era la sede de una importante comandancia. En este eje norte-sur, añadió un papel de recepción y funciones comerciales al cultivo y desarrollo de la llanura circundante. Desde tiempos inmemoriales, la Cavalerie ha sido un lugar de paso para los viajeros que cruzan la meseta. Fue aquí donde los templarios desarrollaron el pueblo antes de que los hospitalarios lo fortificaran con una muralla. Hoy en día, todavía son visibles los rastros de esta muralla. Hay que entrar en el pueblo para encontrarse a los pies de una larga y alta muralla, con algunas raras ventanas. Una torre y una imponente puerta han protegido durante mucho tiempo las casas del siglo XV -con sus bahías y puertas talladas- y los edificios más ricos del siglo XVII. En la plaza central, la iglesia fue reconstruida en el siglo XVIII sobre los restos de un edificio románico. Su interior debe la pureza de sus líneas a una bóveda que parece haber sido construida según el modelo de los apriscos del Larzac. Aquí se pueden admirar los relicarios de San Roque y San Fulcano, obispo de Lodève. Las visitas guiadas o con audioguía dan acceso a una exposición única, llamada "Monnaies des Croisades", que cuenta la historia del comercio entre los cruzados y los musulmanes desde el siglo XII hasta el XIV.