La capital de la esbeltez debe su reputación a un hombre, el doctor Bagard, médico del rey de Polonia, Stanislas. En 1760, éste había pedido a su médico un informe sobre los manantiales de la ciudad. Las virtudes medicinales de los manantiales se extendieron rápidamente y la nobleza convirtió este balneario en una ciudad de moda. Nombres famosos como el Sha de Persia o la Reina Isabel de España vinieron aquí a tomar las aguas. Gente simpática para una estación que tiene aguas calcáreas y llenas de magnesio, que brotan del suelo a 10 °C. El embotellamiento del agua nació del termalismo. Cada año se venden 800 millones de botellas de Contrex

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