Labastide-d'Armagnac (687 almas), que ha conservado su encanto medieval, es sin duda uno de los pueblos más encantadores de las Landas. Tras el matrimonio de Leonor de Aquitania con Enrique Plantagenet, Gascuña pasó a ser inglesa y fue en 1291 cuando el conde Bernardo VI, conde de Armagnac, obtuvo permiso del rey de Inglaterra, Eduardo I, para fundar la bastida. Labastide-d'Armagnac es un ejemplo perfecto de la organización urbana de las nuevas ciudades de la Edad Media: ha conservado su estructura original hasta en los más mínimos detalles arquitectónicos y paisajísticos (pasadizos, jardines, etc.). La iglesia fortaleza, un lavadero, un molino del siglo XIV y el castillo de Prada, terminado en 1764, con su vasto parque, completan el descubrimiento de este lugar de las Landas. Su ineludible Place Royale está rodeada de pintorescas casas cubiertas con arcadas o columnas, mercados medievales cubiertos bajo el ayuntamiento y antiguas casas con entramado de madera. La plaza también está realzada por su imponente campanario fortificado. Aquí, la historia se mezcla con el pasado. Un ejemplo es el número 9 de la rue Bataille, donde Colette recibió a sus clientes hasta los 93 años, en el café más antiguo de Francia, le Tortoré, abierto en 1885 por su abuela. Justo al lado, en la rue du Portail, vivían el pintor Gérard Vulliamy (1909-2005, movimiento Abstraction-Création) y su esposa Odette Dupeyron, modelo del famoso escultor Charles Despiau. Se dice que Enrique IV se inspiró en la plaza central del pueblo para crear la Place des Vosges de París. Una vez que se haya tomado el tiempo de pasear bajo los soportales, aventúrese por los senderos del patrimonio de Armagnac para descubrir las fincas y castillos, donde podrá degustar Armagnac, un brandy con una graduación alcohólica igual o superior al 40%. Producido a partir de la destilación de vinos blancos secos vinificados a partir de 4 variedades de uva principales, este aguardiente, el oro de Gascuña, es mundialmente conocido y es la fuente de la riqueza de la región. Para descubrir las bodegas de Armagnac, en las oficinas de turismo locales encontrará un mapa de establecimientos con la etiqueta "Vignobles et Découvertes". Cada año, el último fin de semana de octubre, Armagnac en Fête es el lugar de la buena mesa y la buena bebida, con degustaciones de Armagnac y productos locales en el programa. Por su calidad y arte de vivir, Labastide d'Armagnac ha recibido la etiqueta Cittaslow, que promueve un ritmo de vida más pausado, alejado del frenesí urbano.
